Recalt se ponía nervioso de solo sentir el rostro de Enzo cerca... algo que nunca le había pasado.
-Vas a tomar unas plaquetas de pastillas que te voy a recetar para la inflamación -dijo Enzo mientras terminaba de aplicar el último vendaje.
-¿Cuáles son esas pastillas? ¿Son costosas? -respondió Mati preocupado, ya que no traía dinero.
-No, en estos casos lo cubre el hospital, pero otra vez que vengas aquí tendrás que pagar.
Gran idea, Recalt, entrar en un hospital privado... pero qué bueno está Enzo, pensó, y luego sintió sus mejillas calentarse.
-Ehhh, sí, gracias -le sonrió medio torcido.
Matías y Enzo salieron del consultorio apresuradamente, pero en la prisa, Matías olvidó agarrar la receta médica.
-¡Matías! -llamó Enzo justo cuando estaban en la puerta-. Olvidaste la receta.
Matías se detuvo abruptamente, dándose cuenta de su descuido.
-Uy, tenés razón -dijo, volviendo a la consulta con una sonrisa apenada-. Gracias, Enzo.
Enzo le entregó la receta con una sonrisa, sus miradas se cruzaron por un instante más de lo necesario.
-No hay problema. Cuídate, Matías -respondió Enzo, mientras Matías tomaba la receta y salía del consultorio con el corazón latiéndole un poco más rápido.
-¿Me estás jodiendo con eso, Mati? ¿De verdad estás admitiendo que el doctor que te atendió estaba buenísimo? -dijo Juani, retirándose el cigarro de la boca para apagarlo en la cigarrera.-Por mi vida, boludo, ese hombre está guapísimo. Tienes que verle la cara, parece un ángel -respondió Matías, con una sonrisa soñadora en los labios.
Juani lo miró con una ceja levantada y una sonrisa divertida.
-Nunca te había escuchado hablar así de alguien, menos de un doctor. ¿Seguro que no te dio algo más que la receta?
Matías soltó una carcajada y negó con la cabeza.
-Ojalá, pero no. Solo me curó y me dio la receta. Aunque, no voy a mentir, me puse nervioso cada vez que se acercaba.
Juani soltó una risa y le dio una palmada en la espalda.
-Bueno, quién sabe, tal vez tengas que ir más seguido al hospital.
Matías rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír ante la idea.
-No seas boludo, Juani -dijo Matías, tratando de sonar serio, aunque la sonrisa en su rostro lo delataba.
-Ey, no me juzgues. Solo digo que puede ser una excusa para verlo de nuevo -respondió Juani con una sonrisa pícara.
Matías suspiró y miró al horizonte, perdido en sus pensamientos.
-No sé, Juani. Es complicado. Todo esto con mi padrastro, el hospital... y ahora esto.
Juani asintió, poniéndose serio de repente.
-Tenés razón, loco. Pero sabés que estoy acá para lo que necesites. Y si ese doctor te hace sentir un poco mejor, no veo nada de malo en ello.
Matías sonrió, agradecido por la comprensión de su amigo.
-Gracias, Juani. De verdad. Necesitaba escuchar eso.
-Para eso están los amigos, ¿no? -respondió Juani, dándole un abrazo rápido y fuerte.
Matías se sintió un poco más ligero, sabiendo que, a pesar de todo, no estaba solo.
Esteban estaba saliendo con Francisco, quien era uno de los amigos de Mati. Estaban esperando que Enzo saliera de su consultorio, ya que se estaba vistiendo.
Enzo salió con el cabello amarrado con una coleta hacia atrás, evidenciando que no había tenido tiempo para cortárselo.
-Por fin te dignas a salir, Enzito -bromeó Francisco con una sonrisa nerviosa, tratando de aliviar la tensión del momento.
Enzo esbozó una sonrisa cansada y se unió a ellos.
-Sí, disculpen la espera. ¿Qué tal están ustedes? -preguntó, notando la preocupación en sus rostros.
Esteban intercambió una mirada con Francisco antes de responder.
Fransisco abrazo a Esteban tomando su mano y después sonrió.
-Yo y esteban estamos planeando casarnos.
Esteban se quedó momentáneamente sorprendido por el anuncio de Francisco, pero luego una sonrisa sincera iluminó su rostro.
-¡En serio! -exclamó, lleno de emoción, devolviendo el abrazo de su pareja.
Enzo los miró con alegría, olvidando por un momento la preocupación por Mati.
-¡Eso es increíble, chicos! ¡Felicidades!
Juani se quedó a dormir en casa de Mati, que era un pequeño apartamento.
-No lo puedo creer, pelotudo. Te enamoraste de tu doctor. Eres el verdadero delulu -bromeó, haciendo sonido de reloj dañado.
-¡Cállate, hablas pelotudeces! ¡Enzo no me gusta! -respondió Mati, con una mezcla de frustración y negación en su voz.
Juani soltó una risa burlona antes de responder.
-¡Ajá, seguro! ¿Y por qué te sonrojaste cuando saliste del consultorio? ¡No me vengas con cuentos, Mati!
Mati rodó los ojos, tratando de disimular su incomodidad.
-¡Deja de inventar cosas, Juani! Enzo es solo mi médico, nada más.
Juani le lanzó una mirada escéptica antes de encogerse de hombros con una sonrisa pícara.
-Bueno, como digas, Mati. Pero si algún día necesitas que te acompañe al hospital para "consolarte", aquí estoy -bromeó, haciendo un gesto exagerado de abrazo.
Mati no pudo evitar soltar una carcajada, agradecido por la actitud bromista de su amigo en medio de la situación.
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Dr. Enzo||Matienzo
ФанфикEnzo Vogrincic es un médico brillante con un aura de misterio que lo rodea. De cabello oscuro y ojos penetrantes, su presencia impone respeto y confianza. Recalt es un joven estudiante que, a pesar de su corta edad, ya ha vivido más de lo que muchos...