Dr. Enzo||Matienzo

19

Enzo y su hijo Lucas estaban preparando una sorpresa para Matías. Enzo planeaba dar el siguiente paso en su relación y pedirle matrimonio.

El pequeño de 5 años miró a su padre con curiosidad mientras ayudaba a preparar la sorpresa.

—¿Qué hacemos, papá? —preguntó Lucas, con los ojos llenos de emoción.

Enzo sonrió con ternura, sintiendo el corazón lleno de alegría al ver la ilusión en los ojos de su hijo.

—Estamos preparando algo especial para papá Mati, hijo. Quiero hacerle una sorpresa muy bonita —explicó Enzo, acariciando el cabello de Lucas con cariño.

Lucas asintió emocionado, ansioso por ser parte de la sorpresa para Matías. Juntos, padre e hijo, trabajaron con entusiasmo para crear un momento inolvidable para su familia.

Con la ayuda de Lucas, Enzo preparó cuidadosamente todos los detalles para la sorpresa. Decoraron la casa con globos y flores, y colocaron velas por todo el lugar para crear un ambiente romántico.

Cuando todo estuvo listo, Enzo miró a su hijo con una sonrisa llena de emoción.

—Listo, Lucas. Ahora solo tenemos que esperar a que llegue a casa —dijo Enzo, con emoción.

Lucas asintió emocionado, apenas pudiendo contener su entusiasmo por la sorpresa que estaban preparando para Matías.

Finalmente, cuando todo estuvo en su lugar, padre e hijo esperaron ansiosamente la llegada de Matías, emocionados por lo que estaba por venir

*

Desde su escondite, Enzo y Lucas escucharon la voz de Matías y se miraron con una sonrisa emocionada.

—¡Es hora, Lucas! —susurró Enzo, animando a su hijo a mantenerse en silencio mientras esperaban el momento perfecto para sorprender a Matías.

—¡Sí, papá! —respondió Lucas con entusiasmo, conteniendo su emoción mientras se mantenía escondido.

Matías caminó por la puerta y miró a su alrededor, sin sospechar nada aún.

—¿Enzo? ¿Luc? Ya llegué, mis tesoros —llamó, con una sonrisa en el rostro, sin darse cuenta de que la sorpresa que le esperaba era más grande de lo que podía imaginar.

Enzo y Lucas se miraron con complicidad desde su escondite, sintiendo la emoción palpitar en sus corazones. Era el momento de revelar la sorpresa.

Con un gesto rápido, Enzo tomó la mano de Lucas y salieron de su escondite, apareciendo frente a Matías con una sonrisa radiante.

—¡Sorpresa! —exclamaron al unísono, llenando la habitación con alegría y emoción.

Matías se quedó boquiabierto por un momento, sorprendido por la inesperada recepción. Luego, una sonrisa iluminó su rostro al darse cuenta de lo que estaba sucediendo.

—¡Enzo, Lucas! ¡Qué sorpresa tan maravillosa! —dijo, emocionado, abrazando a su pareja y a su hijo con fuerza.

Enzo le tomó la mano a Matías y se arrodilló frente a él, con los ojos brillantes de emoción.

—Matías, amor mío, desde el momento en que te conocí supe que eras el amor de mi vida. Has llenado cada día con tu amor y tu luz, y no puedo imaginar mi vida sin ti. ¿Quieres casarte conmigo? ¿Quieres ser mi esposo? —declaró, con voz temblorosa pero llena de amor.

Lucas miraba emocionado, esperando la respuesta de Matías mientras sostenía la respiración en anticipación.

Matías se quedó sin palabras por un momento, abrumado por la emoción del momento. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras escuchaba las dulces palabras de Enzo.

—¡Ay, Enzo! ¡Claro que sí, mi amor! —exclamó Matías entre sollozos, extendiendo sus manos para que Enzo se levantara del suelo y poder abrazarlo con fuerza.

Enzo se puso de pie, con una sonrisa radiante y los ojos llenos de lágrimas de felicidad. Abrazó a Matías con ternura, sintiendo la calidez de su amor en cada gesto.

Lucas observaba la escena con una sonrisa de oreja a oreja, emocionado por la felicidad de sus padres.

—¡Lo lograron, papás! ¡Van a ser los mejores esposos del mundo! —exclamó Lucas, emocionado, uniéndose al abrazo familiar.

Enzo, Matías y Lucas se abrazaron con fuerza, sintiendo el amor y la alegría llenar sus corazones en este momento tan especial. Juntos, sabían que su familia estaba destinada a estar unida por siempre.

Con manos temblorosas pero llenas de amor, Enzo tomó el anillo minimalista y se lo deslizó suavemente en el dedo de Matías. Era un gesto simple pero cargado de significado, un símbolo del compromiso y el amor que compartían.

Matías observó el anillo con admiración, sintiendo un nudo en la garganta por la emoción del momento. Era un recordatorio constante del amor y la promesa que compartían, un lazo que los uniría para siempre.

—Es hermoso, Enzo. Gracias por este hermoso gesto de amor —dijo Matías, con la voz llena de emoción mientras admiraba el anillo en su dedo.

Enzo sonrió con ternura, sintiéndose lleno de felicidad al ver la alegría en los ojos de Matías.

—Te lo mereces todo, Mati. Y te prometo que siempre estaré aquí para ti, en cada momento bueno y malo —respondió Enzo, con sinceridad y amor.

Los dos se miraron el uno al otro con amor y complicidad, sabiendo que este era solo el comienzo de su viaje juntos como esposos.

*

Juani se levantó de golpe, sorprendido por la noticia, y corrió hacia Enzo y Matías para abrazarlos con fuerza.

—¡No puedo creerlo! ¿Se van a casar? —exclamó Juani, con los ojos brillantes de emoción mientras los abrazaba—. ¡Felicidades!

Esteban sonrió ampliamente al escuchar la noticia y se unió al abrazo con entusiasmo.

—¡Oh por Dios! ¡Qué emoción! —dijo Esteban, emocionado, abrazando a Enzo y Matías con cariño—. ¡Felicidades, chicos!

—Gracias, chicos, de verdad. Significa mucho para nosotros tener su apoyo —respondió Enzo, con voz emocionada y un brillo de gratitud en los ojos—. Estamos muy felices de poder compartir este momento con ustedes.

Matías asintió con una sonrisa, abrazando a Enzo con cariño.

—Sí, muchachos, de verdad que sí. Gracias por estar siempre ahí para nosotros —agregó Matías, con voz suave pero llena de emoción—. Este es solo el comienzo de una nueva y hermosa etapa en nuestras vidas, y estamos felices de tenerlos a nuestro lado.

Juani y Esteban devolvieron el abrazo con afecto, compartiendo la emoción del momento.

—¡Por muchas felicidades más! —exclamó Juani, levantando su vaso en un brindis improvisado—. ¡Que viva el amor!

Todos rieron y se unieron al brindis, celebrando la felicidad y el amor que llenaba la habitación en ese momento tan especial.