Mientras Enzo estaba siendo atendido en una habitación del hospital, Matías continuaba hablando con el oficial Ramírez, proporcionando todos los detalles sobre la situación con Agustín. La preocupación y el miedo se reflejaban en su rostro mientras relataba los eventos que habían llevado a Enzo a terminar gravemente herido en la calle.
Juani se mantuvo cerca de Matías, apoyándolo en este momento difícil. Colocó una mano reconfortante en su hombro mientras escuchaba la conversación con el oficial, mostrando su solidaridad y apoyo incondicional a su amigo.
El oficial Ramírez tomó notas diligentemente y prometió investigar a fondo el asunto, asegurando a Matías y Juani que haría todo lo posible para llevar a Agustín ante la justicia y garantizar la seguridad de todos los involucrados.
Mientras tanto, Juani y Matías se apoyaban mutuamente, esperando con ansias noticias sobre el estado de Enzo y confiando en que la policía haría todo lo posible para resolver este terrible incidente
Enzo buscaba a Matías con la mirada, mirando a ambos lados de la habitación donde estaba, con la intravenosa conectada a su brazo.
—Matías chiquito, ¿dónde estás, amor? —dijo Enzo con voz suave, preocupado, mientras escudriñaba la habitación en busca de su pareja.
Matías escuchó la voz de Enzo y se volvió hacia él con una sonrisa aliviada.
—¡Aquí estoy, Enzo! Estoy aquí contigo —respondió Matías, acercándose rápidamente a la cama donde estaba Enzo.
Matías se acercó a la cama de Enzo con paso rápido y preocupado, tomando su mano con ternura.
—¿Cómo estás, amor? ¿Te sientes mejor? —preguntó Matías con voz suave, sintiendo un nudo en la garganta al ver a Enzo conectado a la intravenosa.
Enzo le devolvió una mirada débil, pero con un destello de alivio al ver a Matías a su lado.
—Estoy mejor ahora que estás aquí, Mati. Pero me duele la cabeza y me siento un poco mareado —respondió Enzo con sinceridad, apretando suavemente la mano de Matías en busca de consuelo.
Matías asintió con comprensión, acariciando la mejilla de Enzo con cuidado.
—Tranquilo, amor. Los médicos están haciendo todo lo posible por cuidarte. Voy a estar aquí contigo todo el tiempo que necesites —aseguró Matías, sintiendo el corazón lleno de amor y preocupación por su pareja.
Esteban y Francisco estaban en el salón de eventos, revisando los preparativos de su próxima boda con entusiasmo.
—¡Mira esto, Fran! La decoración está quedando increíble —exclamó Esteban, señalando los arreglos florales que adornaban el lugar.
Francisco sonrió ampliamente, admirando el trabajo de los decoradores.
—Sí, quedó espectacular. Y los detalles son perfectos, ¿no crees? —respondió, emocionado ante la idea de su gran día.
Esteban asintió con entusiasmo, pasando el brazo alrededor de los hombros de Francisco.
—Todo está saliendo exactamente como lo habíamos soñado. No puedo esperar para que llegue el día de nuestra boda —dijo, con una chispa de emoción en sus ojos.
Francisco le dio un beso suave en los labios, sintiéndose abrumado por el amor que sentía por Esteban.
—Yo tampoco puedo esperar, mi amor. Será el día más feliz de nuestras vidas —respondió, con una sonrisa radiante en el rostro.
Los dos se abrazaron con ternura, imaginando el hermoso futuro que les esperaba juntos.
Enzo y Matías estaban teniendo una conversación seria en la habitación del hospital, discutiendo sobre la posibilidad de tener un hijo juntos.
—Tener un bebé... pero nosotros no nos podemos embarazar —dijo Enzo, con una expresión pensativa en su rostro.
Matías asintió, considerando la idea.
—Podemos alquilar el vientre de alguien para que lleve a nuestro hijo —propuso, mirando a Enzo con seriedad.
Enzo frunció el ceño, preocupado por la viabilidad de esa opción.
—Mati, ¿sabes lo que cuesta eso? —preguntó, con tono preocupado, consciente de las implicaciones económicas de un proceso de gestación subrogada.
Matías asintió con seriedad, comprendiendo la preocupación de Enzo.
—Lo sé, amor. Es una decisión importante y no podemos tomarla a la ligera —respondió, manteniendo la calma a pesar de la gravedad del tema.
Enzo suspiró, sintiendo el peso de la situación sobre sus hombros.
—Es mucho dinero y no sabemos si podríamos hacerlo funcionar —agregó, con una nota de incertidumbre en su voz.
Matías tomó la mano de Enzo con cariño, buscando tranquilizarlo.
—Lo entendería si no querés arriesgarte, Enzo. No tenemos que tomar una decisión ahora mismo. Lo importante es que estamos juntos y podemos hablar sobre nuestro futuro juntos —dijo, tratando de infundir un poco de esperanza en la situación.
Enzo asintió, agradeciendo el apoyo de Matías.
—Gracias, amor. Sé que sea lo que sea que decidamos, lo haremos juntos —respondió, sintiéndose reconfortado por la presencia de Matías a su lado.
ESTÁS LEYENDO
Dr. Enzo||Matienzo
FanfictionEnzo Vogrincic es un médico brillante con un aura de misterio que lo rodea. De cabello oscuro y ojos penetrantes, su presencia impone respeto y confianza. Recalt es un joven estudiante que, a pesar de su corta edad, ya ha vivido más de lo que muchos...