26

62 1 1
                                    

Lucas recordaba todo el accidente habia ocurrido cuando tenía 9 años, sus padres y el estaban en el auto, aún recordaba toda la sangre y el ruido fuerte de las sirenas de ambulancia, de como estaba aferrado a su padre Matías

-Ven con nosotros pequeño..tus padres estarán bien.-Le hablo suavemente un enfermero.

Juani cuando se enteró del accidente salió volando al hospital, Lucas estaba en una banquita comiendo un caramelo en la sala de espera.

-Lucas? Mi amor? Decime qué pasó?

Lucas volteo cuando escuchó su voz, se aferró a el besándole el rostro a su tío estaba asustado.

Juani, con los ojos llenos de preocupación y dolor, se arrodilló frente a Lucas. Las lágrimas empezaron a rodar por su rostro mientras tomaba la mano del niño.

-Lucas, ¿Estas bien?-preguntó con voz quebrada.

Lucas, aún tembloroso, levantó la vista hacia su tío. La confusión y el miedo eran evidentes en sus ojos, pero intentó hablar a través de sus sollozos.

-mis papis-dijo Lucas, su voz era apenas un susurro.

Juani lo abrazó con fuerza, tratando de consolar al pequeño mientras su mente luchaba con la dura realidad de la situación. Miró alrededor, buscando respuestas, y vio a los médicos y enfermeros corriendo por los pasillos, con una expresión de gravedad en sus rostros.

-Vamos a buscarte algo de comer y te vamos a llevar a un lugar más cómodo, ¿de acuerdo? -dijo Juani, tratando de mantener la calma para no alarmar más a Lucas.

El niño asintió, aferrándose a Juani mientras lo llevaba a una sala de espera más tranquila, donde podría intentar entender lo que estaba ocurriendo mientras se preparaba para el largo y doloroso camino que les esperaba.

*

-No queríamos decirle nada a Lucas, sus padres fallecieron Enzo se rompió la quijada, su tabique se desvió y la sangre no dejaba de salir de su boca, nariz

Juani se quedó paralizado al recibir la noticia. La dureza de las palabras del médico se sentía como una losa en su pecho. La tristeza por la pérdida de Enzo y Matías se mezclaba con la angustia por el futuro de Lucas. Miró a su sobrino a lo lejos, su corazón se rompía al ver al pequeño jugando con Agustín, tratando de encontrar consuelo en medio de su dolor.

-No sé qué hacer con él -murmuró Juani, las lágrimas bajando por sus mejillas-. No puedo cuidar de Lucas. No es mi responsabilidad...

Agustín, al notar la preocupación en los ojos de Juani, se acercó con Lucas en brazos. Sus ojos mostraban una mezcla de empatía y determinación.

-Juani, sé que es difícil -dijo Agustín con suavidad-, pero ahora es el momento de ser fuertes. Lucas necesita a su familia más que nunca. No estás solo en esto. Nosotros estamos aquí para ayudarte a cuidar de él.

Juani miró a Agustín, buscando algo de consuelo en sus palabras. Aunque el peso de la responsabilidad parecía inmenso, entendió que su sobrino necesitaba estabilidad y amor en este momento tan devastador.

-Tienes razón -dijo Juani con voz temblorosa-. Lo haré. Haremos lo que sea necesario para que Lucas se sienta seguro y amado.

Agustín asintió, dándole una palmada en el hombro a Juani, y ambos se acercaron a Lucas, quienes seguía jugando con el cabello de Agustín, su risa aún siendo un destello de luz en medio de la oscuridad.

Dr. Enzo||Matienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora