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Mientras tanto, Enzo, Esteban y Francisco estaban matando el aburrimiento en un bar que estaba abierto, pues era de media noche.

—¿Para qué querés el número de Mati, Enzo? —preguntó Francisco con curiosidad.

—Che, boludo, no te metás donde no te llaman —respondió Enzo, con un tono brusco que dejó a Esteban y Francisco mirándose entre sí con sorpresa.

—Tranquilo, loco, solo pregunto —dijo Francisco, tratando de calmar la tensión.

—Y vos, para qué seguís preguntando, boludo —dijo con algo de molestia mientras tanto fumaba su cigarro.

Esteban intervino tratando de suavizar la situación.

—Ey, chicos, cálmense un poco, ¿sí? No hace falta ponerse así.

Francisco asintió, tratando de desviar la conversación hacia un tono más ligero.

—Bueno, bueno, cambiemos de tema. ¿Qué van a pedir para tomar? Yo me pido una cerveza bien fría.

Enzo suspiró, dejando de lado la tensión momentáneamente.

—Dale, yo también me prendo con una cerveza.

Mientras hacían sus pedidos, Enzo no pudo evitar volver al tema anterior.

—¿Y vos, Esteban? ¿Qué vas a pedir?

Esteban levantó la vista y sonrió.

—Yo me voy a animar con un fernet con coca. Necesito algo fuerte para olvidarme un poco del día que tuvimos.

Francisco asintió comprensivamente.

—¡Buena elección! Te acompaño con eso, Esteban. Dos fernets con coca, por favor —pidió al camarero, mientras Enzo observaba con una mezcla de curiosidad y escepticismo.

 Dos fernets con coca, por favor —pidió al camarero, mientras Enzo observaba con una mezcla de curiosidad y escepticismo

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—¿Hola? —contestó Matías, levantando una ceja al ver el nombre de Enzo en la pantalla de su teléfono.

—¿Mati, cómo estás, guapo? —dijo Enzo con un tono juguetón desde el bar, donde se encontraba con amigos.

Matías se sorprendió ante el cambio de tono de Enzo y miró a Juani con confusión antes de responder.

—¡Enzo! ¿Qué pasa? ¿Estás en un bar?


—Sí, estoy aquí con unos amigos. Pero no puedo evitar pensar en ti, Mati. ¿Qué te parece si después nos encontramos y tomamos algo juntos? —propuso Enzo, con un tono coqueto.

Matías se sintió incómodo ante la sugerencia de Enzo y lanzó una mirada preocupada a Juani, tratando de encontrar una excusa amable.

—Enzo, aprecio la invitación, pero hoy no puedo. Estoy ocupado en casa con Juani. Tal vez otro día —respondió Matías, tratando de mantener la conversación en un tono amistoso.

Matías sintió que su rostro ardía de vergüenza ante la situación incómoda. Se preguntó si quizás debería haber manejado la situación de manera diferente. Pero en ese momento, solo deseaba que la conversación con Enzo terminara pronto para poder olvidar el bochorno que estaba experimentando.

Dr. Enzo||Matienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora