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[Narra Crowley]


Un nuevo día, podía verlo pedir su capuchino, tan amablemente, traía una sonrisa consigo desde tan temprano. Eso bastaba para alegrarme el día, simplemente una persona risueña. Me iluminaba las mañanas, y eso me llenaba de muchas ansias de entrar al lugar y volver a hablar con él.

Crucé la entrada y apenas iba un paso adentro cuando su mirada se encontró con la mía, había estado esperándome. Aparentemente.

Pedí mi americano y me senté de nuevo frente a él.


Buen día.

Buen día, Crowley.


Y ahí estaba, esa sonrisa.

Y no dudaba, ni por un segundo, lo atraído que me sentía por él.

Pero era algo que no debía mencionar.


¿Cómo le va enseñando a niños? Imagino que la debe estar pasando muy bien trabajando de ello.— le pregunté, lo pensó un poco antes de hablar.

Es increíble, estoy teniendo unos días muy buenos últimamente, todo va de maravilla, creo que me irá muy bien en esto.— dijo para luego dar un sorbo a su taza que acababan de llevar a la mesa.

Me alegro mucho por usted...— hice una pausa y lo miré —... joven Aziraphale.


Noté que se estremeció al oír que le llamaba de esa forma de nuevo, y sonreí burlonamente, pero su inocencia me generaba demasiada ternura. Y es que él no era capaz de decirme de nuevo que le llamara solo 'Aziraphale'


Oh, Crowley, estuve leyendo su libro toda la noche y es realmente impresionante, la forma en la que compara el arte de la poesía con la guerra, como vivir una batalla constante al crear arte, batallando con muchos obstáculos, y cerca al final los poetas buscan poder escapar para descansar de su guerra, y se la pasan buscando un lugar ideal... aunque aún no lo he terminado de leer, es realmente hermoso...— dijo todo eso tan rápido que me sentí un poco abrumado, nunca le había escuchado hablar tan rápido.


Pero sonreí al pensar en lo importante que había sido para él, leer mi libro.

Había hablado con tanta emoción que me sentí hasta conmovido, y un poco, tan solo un poco tímido.


Eh... yo, bueno, me alaga que le haya gustado mi libro, le tengo un cariño especial a ese en específico.


Lo vi sentirse un poco incómodo de pronto y lo miré con un gesto de preocupación.


Perdóneme, en verdad, creo que hable muy rápido, es que el libro es mágico, lo lamento mucho... ahora seguramente estará pensando que soy un chico obsesivo, pero no es así, es solo que me está gustando mucho...


Levanté una ceja.


¿El libro?—


Sonreí de lado, mirando como comenzaba a pensar mucho las cosas, sentía que podía controlar sus emociones con ese tipo de preguntas tan simples, haciéndolo confundir y ponerse aún más nervioso.

Evermore | AziracrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora