Evermore | Aziracrow

17

[Narra Crowley]

A la mañana siguiente llegaba al restaurante de siempre, y lo veo, sentado mirando el ordenador, su perfil me volvía loco por completo, y estar cerca de él me hacía sentir realmente cómodo. Me acerqué lentamente mientras recordaba la invitación del día anterior.

Flashback

—¿Te gustaría almorzar juntos mañana?— había preguntado, recuerdo notar su rostro, relajarse al oír mis palabras, me miraba fijamente, era como si se hubiera quedado pensando, porque no me respondía.

—Joven Aziraphale, mientras usted no me dé una respuesta, yo no soltaré su mano.— le había dicho, con su mano y la mía aún juntas.

—¡Oh! Claro, sí, si me gustaría.—

Solté su mano y ambos nos sonreímos.

Luego lo acompañé a casa de su amigo, donde él estaba viviendo, en la puerta estábamos despidiéndonos, parecía no saber cómo hacerlo adecuadamente, se veía pensativo, y me lo imaginaba.

¿Un abrazo? ¿Estrechar las manos? ¿Cuál sería la forma correcta?

Extendí la mano y supo que debía tomarla, se calmó al ver que yo di el primer paso.

—Nos vemos mañana.— le dije.

—Nos vemos mañana.—

Antes de alejarme, le despeiné el cabello, y ver su sonrisa era todo lo que necesitaba.

Iba caminando varios metros alejándome cuando se me ocurrió voltear por suma casualidad, y él estaba mirándome, pareció ponerse nervioso y sacó sus llaves, me reí a lo lejos.

Recordando que había tomado su mano, todavía no podía creerlo, no podía estar más feliz.

Habíamos caminado juntos, de la mano.

Me sentía flotando en un sueño.

Fin del Flashback

Me acerqué y me senté donde siempre, iba sacando mis cosas del maletín cuando entonces, de pronto, él despeinó mi cabello.

Me quedé asombrado.

Pero muy feliz.

Eso significaba que me tenía mucha más confianza.

Sonreí.

Uno de mis pines para cabello cayó al suelo y él se agachó a recogerlo, entonces me sorprendió a un más cuando se acercó a mí y acomodó mi cabello colocándolo en el lugar donde siempre se escapaba un mechón de cabello.

No podía dejar de mirar su rostro mientras hacía eso.

—No sabe cuanto me alegra verlo tan contento esta mañana...— le dije —... y sobre todo ver que estoy logrando que me tenga confianza.—