Capítulo 22. Ojos amarillos

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Tom y Lily estuvieron de morros todo el día. Por lo que cuando el primero entró en la sala común con todo ese odio dentro, se encerró en la habitación de los chicos e hizo que las camas explotasen sin tan siquiera pretenderlo. Su magia empezó a descontrolarse y un grito de rabia escapó de sus labios haciendo temblar las paredes del colegio.

–Tom, Tom – lo llamó Avery intentando hacerlo volver a la normalidad. – ¿Qué es lo que haces?, ¿acaso pretendes matarnos? ¡Cálmate, tío! – Bastó una sola mirada asesina para hacerle palidecer. – ¿Por qué no te sientas, te calmas, y le cuentas al bueno de Otis, lo que ha pasado?

–Ya... creo que voy a pasar.

Sacó su varita para limpiar todo aquel desastre mientras que su amigo se detenía a su lado. Echó un vistazo a sus amigos y de una sola mirada les pidió que abandonasen la habitación, pues sabía que no lograría nada si tenían público.

–Estás así por Lily, ¿no? Vamos, Tom. Hasta un ciego se habría dado cuenta de que algo pasa entre vosotros. ¿Habéis discutido?

–Esque no soporto que peleemos y más cuando es por un tema que ya ha quedado zanjado.

–Igual es que para ella no ha quedado tan zanjado. ¿Por qué no intentas razonar con ella en vez de ponerte a la defensiva?

–¿Y crees que no lo he intentado? – Se sacudió el cabello, tremendamente molesto. – ¡Cielos! Es que no la entiendo, Otis. A veces me gustaría poder entrar en su mente y poder ver qué es lo que está pensando.

–Eso va a ser difícil... Es la mejor Oclumante que he conocido nunca.

Al día siguiente, Tom decidió que tomaría aquel asunto de otra manera, pues no podía dejar que su magia se descontrolase por culpa de Lily. Así que decidió que lo mejor era ignorarla y hacer vida normal como si nada. Pensó que, de alguna manera, eso haría que Lily volviese a acercarse a él. Pero... no fue lo que ocurrió, al contrario, se distanciaron mucho más.

Las risas y el escándalo general que hacían el resto de alumnos en aquella bonita y soleada tarde, rodeaban la escena, mientras Lily que estaba sentada en los escalones, hacía su tarea de Adivinación. Estaba a punto de abandonar ese gallinero, más cuando ella adoraba los lugares silenciosos, pero en especial se debía al fuerte dolor de cabeza que la acechaba. Había intentado durante toda la noche y parte de la mañana entrar dentro de la cabeza de Tom para descubrir sus planes, pero aquella pared de Oclumancia no la dejaba entrar.

–¿Qué pasa Dumblendore? – Empezó el pesado de Abbot sentándose a su lado, haciendo que ella le dirigiese una mirada de odio. Sabía que le guardaba rencor después de haberle ganado en el duelo de Defensa Contra las Artes Oscuras. – ¿Estás depre porque te han quitado el novio?

–¿De qué hablas, Abbot?

El muchacho levantó el dedo y señaló hacia una zona en particular del patio donde el grupo de Tom se encontraba. Lily se sorprendió en cuanto se dio cuenta de que Willbona estaba demasiado cerca de Tom, ligando con él descaradamente mientras este le seguía el juego.

Una descabellada idea cruzó su mente... ¿y si esa chica pelinegra de la visión era Willbona Black?

Se puso en pie cabreada, recogiendo el libro que acababa de caérsele. Lo metió todo en su mochila y entró dentro del colegio sin siquiera mirar atrás. Bajó las escaleras, cruzó pasillos, y no se detuvo hasta entrar dentro del dormitorio de las chicas en la sala común de Slytherin.

Se escondió bajo las sábanas sin tan siquiera quitarse la ropa y se tapó los oídos, pues recién le molestaba hasta los susurros de la habitación contigua. ¿Qué estaba pasando con ella?, ¿por qué estaba tan sensible a los sonidos?

Tom Riddle y la Chica que Fue Borrada (FanFic) |1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora