*Capítulo nuevo*
Sobre la colina de una fría montaña al oeste de Edimburgo, en la isla de May, en una cabaña de madera, Elba esperaba impaciente la llegada de esa niña que sabía que no debía andar lejos. Mientras, esta subía la montaña lo más rápido que le permitían sus pequeñas piernecitas. Dejó atrás la playa, sin poder dejar de pensar en la breve conversación con ese niño paliducho llamado Tom. Todo en él le parecía genial, mejor de lo que había esperado, desde sus alborotados y largos cabellos hasta su pálido rostro. Pero... había algo que a Lily no le gustaba nada y esta era su actitud conformista. Parecía haber sacado el carácter apacible de su padre frente al luchador de su madre.
–¿Crees que seguirá mi consejo? – Preguntó hacia Black. – ¿Deberíamos seguir vigilándole?
–¡Lily! – gritó Elba al verla aparecer por detrás de la casa. – ¿Dónde te habías metido? Te he buscado por todas partes.
La joven bajó la cabeza, avergonzada, sin saber cómo confesar que había bajado a la playa y había conocido a un niño de su misma edad. Uno que no parecía un mago, tan sólo era un endeble muggle. Pero ... que sin lugar a dudas lo era.
–Ven aquí. Hablaremos luego de este asunto, ahora debes prepararte – de un solo giro de varita consiguió peinar a la niña, limpiar sus ropas y dejarla presentable. – Ya vienen.
Tiró de ella hacia la puerta principal de la cabaña y justo cuando Lily se preparaba para preguntar sobre quién llegaría de visita, vislumbró a las tres personas que se acercaban a ellas a través del sendero de piedra.
El primer mago parecía ser el mayor de todos. Los signos de la edad ya lo habían alcanzado, tenía arrugas bajo los ojos y canas en sus cabellos, aunque estos no se habían tiznado totalmente de blanco. Llevaba una túnica violeta y un gran sombrero cuadrado. El segundo era el hermano pequeño del primero, se parecían mucho. Tenía sus mismos ojos azules detrás de sus redondas gafas. El tercero era mucho más joven que los anteriores. Tan sólo era un muchacho que rondaría los treinta y parecía cansado, y terriblemente apagado.
Los adultos sabían que no era lo más sensato estar allí, más cuando la vida del más joven estaba próxima a llegar a su fin y temían lo que la magia que vivía en su interior podría causar. Ambos habían sido testigos en innumerables ocasiones de lo que el poder de un obscurial podría causar, pero el deseo de Aurelius por conocer a su joven hermanastra antes de morir, había movido a su padre a satisfacerle.
Lily se olvidó de preguntar porque vio las respuestas en aquellos que la rodeaban. Al fin conocía sobre el aspecto que tenía su hermano.
Una sonrisa apareció en su rostro tan pronto como se percató de que su familia al fin estaba al completo.
–¿Cuál es la urgencia, Albus? – quiso saber Elba, preocupada por lo que aquel encuentro podría causar en la pequeña que aún no había mostrado ninguna habilidad especial en la magia.
Alberforth sintió una triste añoranza al ver a esa niña que se parecía demasiado a la mujer que pese a su muerte aún no había dejado de amar.
Antes de que Elba pudiese haberla detenido la niña se acercó al joven Aurelius haciendo que los demás temiesen lo que podría ocurrir. No querían que una inocente muriese por su atrevimiento. Pero ella no parecía asustada.
Agarró la fría mano de su hermano y le miró como si supiese más de lo que debería. Sirvió solo una mirada para que esa niña pudiese ver su alma y sus pesares. Tiró de él para que la acompañase y este lo hizo sin tan siquiera pensárselo demasiado. Le acercó al acantilado y luego señaló hacia el cielo donde los cuervos los sobrevolaban en círculos.
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Tom Riddle y la Chica que Fue Borrada (FanFic) |1|
FanfictionTodo el mundo sabe sobre el final de Lord Voldemort, pero muy pocos conocen la verdadera historia de Tom Riddle. ¿Cuáles fueron las razones por las que terminó haciendo lo que hizo? ¿por qué terminó odiando Hogwarts, el lugar que consideraba su hoga...