12. Una promesa

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O eso creí...

Soy libre.

¿En qué estaba pensando?

No lo sé.

La calle se siente demasiado fría, el aire gélido choca contra mí e instintivamente tengo que abrazarme a mí misma. He notado que en esta nación, aunque sea el inicio de la primavera, puedes llegar a congelarte por las noches si no traes un buen abrigo. Como yo, en este mismo momento.

Desconozco el camino que me llevará fuera de este reino. Desconozco estas calles oscuras y siniestras pequeñamente alumbradas por faroles enormes. No hay nadie ya, pero sí puedo observar que el ataque de los revanos ha sido controlado. Aunque han destrozado muchas viviendas, así que no sé hasta qué punto lograron controlarlo.

¿Alguna vez alguien había atacado Harelton anteriormente?

¿Alguien ha tenido antes la osadía de siquiera pensarlo?

Este ataque sin duda tomó por sorpresa al rey, pude verlo en sus ojos. Y lo que me sorprende demasiado a mí es que lograron infiltrarse a su reino sin alarmar a nadie, hasta que empezaron todo. ¿Cómo? La seguridad, los soldados, los guardias; son entrenados altamente para que este tipo de cosas no sucedan. Es lo que Celestine me ha dicho.

Todos son sometidos a entrenamientos arduos y constantes por largos años para pensar estratégicamente y poder proteger a su nación. Los soldados son voluntarios que están dispuestos a morir por su nación.

El Rey Oscuro no tiene todo bajo control.

Casi quiero reírme, pero no tengo tiempo para la diversión. Tengo que encontrar la salida.

Tengo que llegar a mi hermano pequeño. A mi madre. A mi mejor amiga. Mi padre incluso...

El sangrado está debilitándome nuevamente. Siento mis extremidades un poco más pesadas de lo habitual. Y aunque la adrenalina esté ayudando en mi caminata, no sé cuánto tiempo más tenga antes de no poder seguir.

¿Quién diseñó este maldito reino?

Por más que camino y giro en calles que se miran absolutamente iguales, no logro encontrar nada. Solo más y más casas. Me encuentro con varias personas que están recogiendo escombros fuera de ellas y lo único que hago es mirar hacia otro lado para que no logren verme la cara.

No puedo ser vista por nadie.

Algunos pasos apresurados hacen que varias veces me esconda bajo las sombras de las enormes casas. «¡Búsquenla!» Escuché por ahí, así que supongo que ya han emprendido en mi búsqueda.

¿El rey sabrá que he escapado?

No lo creo, debe estar más ocupado con su lamentable reino en ruinas y humo por las enormes rocas que han traído los de Ravenna.

Ravenna. Aun me parece increíble que un reino que creía desaparecido, ahora sea el causante de la tragedia de Harelton. ¿Cuántos otros reinos existen? El Valle está demasiado alejado de todos los problemas monárquicos como para tomar demasiada relevancia. El único enemigo que hemos tenido a lo largo de los años, es el reino donde estoy ahora mismo.

Mi corazón martillea cada vez más fuerte contra mi pecho, no sé si por el miedo o por la falta de sangre. O por ambas. Solo sé que el frío que recorre mi espalda no puede significar nada bueno.

De pronto, cuando creo que todo está perdido, veo una construcción diferente a todas las demás. Es enorme y no tiene fin. Parece ser otro muro. Pero este es todavía más alto que el que rodea el palacio, el doble... o tal vez el triple. No sabría decir cn exactitud debido a la oscuridad de la noche.

Mi maldita perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora