Mirándome en el espejo suspiro mientras me hago un recogido con un lazo verde oscuro, la noche había sido larga y mis ojeras lo demostraban.
- ¡Adelante!- elevo mi voz al escuchar frenéticos golpes en la puerta.
- ¿Cómo estás?- es lo primero que escucho después de un portazo, detrás de mi reflejo observo a un Iván nervioso.
- Mejor que tú, al parecer- susurro terminando de colocar bien mi pelo.
- La novia...- empieza pero me giro a mirarlo mal.- Perdón, la niña que no me dejaba en paz.
- Engreído- digo negando y puedo ver sus ojos cristalizados.- Susana, sí. Sigue.
- Se ha suicidado... Bueno, tú ya lo sabes- baja la voz apoyando la espalda en la puerta.
- Y te sientes mal por haberla tratado tan mal- él me mira sorprendido.- Eres bastante transparente aunque no cuentes nada.
- Genial...
- No es tu culpa- susurro girándome para acercarme a él, quien se peina frustrado.
- O sí.
- Iván- con delicadeza agarro sus manos para que pare.- No lo es, no eres lo único que conocía aquí, los que hacen eso es por causas más fuertes o porque hay alguna enfermedad mental de por medio.
- Pero...
- Calla y escucha- él hace lo que le digo sonriendo tenso.- No pienses, solo te vas a joder. ¿La trataste mal? Sí ¿Qué se ha tenido que morir para que te dieras cuenta? También.
- Joder, Sabela...
- Calla, que tú eres peor- sonriendo levemente logro que respire más relajado.- El caso es que estás arrepentido, su muerte no te es indiferente, ¿vale?
- Vale.
- Si quieres incluso te puedo ayudar a rezar para contarle todo lo que sientes- él me mira raro.- Estoy haciendo un esfuerzo por no mandarte a la mierda, no me mires así- asintiendo acaricia mis manos.
- Gracias, pero de eso se encarga Paula- suelta, aunque parece arrepentirse al instante.
- ¿Qué va a hacer Paula?- pregunto preocupada.
- Nada malo, solo es demasiado buena como su hermana.
- Deja los piropos y siéntate, tienes que relajarte- yo me siento a su lado en mi cama mientras con mi mano le quito las lágrimas de las mejillas.
- Gracias. Soy un gilipollas.
- No hace falta que me lo jures- levanto mis hombros empezando a calzarme.
- ¿Y podrías darle un abrazo a este gilipollas?- suspirando lo miro dudando, pero sé que le está afectando lo de la chica, por lo que no puedo negarme.
- Ven- rodeando su cuello con mis brazos escondo mi cabeza en su cuello y él rápidamente me aprieta contra él.
- Lo siento, muchísimo, de verdad- mis ojos se aguan deseando odiarlo, pero simplemente asiento sin decir palabra.
Sin previo aviso la puerta se abre dejándome ver a Julia, quien al observar la escena expresa dolor. Despacio me alejo de Iván acariciando su brazo, él se gira viendo a la morena.
- Os dejo solos- digo levantándome y antes de que ninguno pueda decir nada salgo de la habitación dirigiéndome a la biblioteca.
Al entrar puedo ver a varios pequeños dibujando, una sonrisa aparece en mis labios cuando me saludan felices.
- Hola, Bela- dicen a la vez, eran de la clase de Paula.
- Hola, pequeñajos, ¿qué tal esa creatividad?- pregunto acercándome a ellos.
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El Internado Laguna Negra
FanfictionSabela Novoa Pazos llega con sus dos hermanos al Internado Laguna Negra, ella desea pasar un curso tranquilo después de la desaparición de sus padres pero sus planes cambian cuando se adentra en una aventura junto con su nuevo grupo de amigos.