Capítulo 61

487 48 11
                                    

Iván

Con cuidado abro la puerta de la habitación de las chicas, donde Victoria sigue intentando entrar en el ordenador de Hugo. Ella se gira bruscamente haciendo un gesto con su mano para que hable bajo y después señala a Sabela, está dormida en su cama abrazándose a la almohada. Uno no puede sentir envidia por una almohada, ¿verdad?

- ¿Cómo está?- pregunto preocupado en un susurro, antes lo de Roque... Nunca la había visto así.

- Afectada- es lo único que me responde mirándola con los ojos aguados, aunque rápidamente vuelve su vista al ordenador.

- ¿Te ha dicho dónde ha estado?- sin poder evitarlo me acerco a la rubia sentándome a su lado y acaricio con el dorso de mi mano su mejilla. 

Ojalá pudiera estar así de tranquila siempre, sin nada que le hiciera daño.

- Iván- me llama, por lo que me giro a mirarle.- Mira, a mí no me gusta meterme donde no me llaman, pero es Sabela- parece dudar por un momento, así que asiento con mi cabeza para que siga.- Te conozco, la quieres... Mucho. ¿Por qué no hablas con ella?

- No hay nada que hablar- contesto dolido.- Ella quiso terminar y yo respeté su decisión.

Mentira. Me cayó como un cubo de agua fría su petición y estuve apunto de luchar por ella, pero yo iba a hacer lo mismo, por lo que no podía quejarme. Así es mucho más fácil mantenerla alejada de mí, es lo mejor para los dos. No puedo dejarle estar a mi lado mientras me olvido hasta de su nombre, pero tampoco voy a negar que me está costando demasiado y ni hablar del dolor que siento cada vez que la observo.

- Ya... La respetaste sin ni siquiera preguntarle el porqué- suelta enfadada.- ¿Es que no te interesa?- yo no contesto.- Dios... Sois igual de imbéciles- susurra volviéndose hacia el ordenador.

- ¿Y Julia?- pregunto cambiando de tema.

- No sé- suspira mordiéndose una uña nerviosa.

- Para- le mando sabiendo que se hará daño, por suerte me hace caso.

- Estaba conmigo hace un rato, pero ha salido junto con Elías y no ha vuelto todavía- de repente suena un pitido.- Menos mal, ya está- yo cojo una silla sentándome a su lado.- Este no se puede abrir... A ver este.

- Parecen emails- comento observando los mensajes escritos de una manera rara.

- "Mensaje recibido", "objetivo cumplido"...- lee pasándolos todos.

- ¿Te enteras de algo?- le pregunto y ella me mira.

- No.

- Yo tampoco- confieso volviendo mi mirada al ordenador.

- "La primera frase ha fracasado, si la segunda no funciona pasaremos al plan B".

- ¿Plan B, qué plan B?- pregunto observando de reojo a Sabela, para asegurarme de que sigue dormida.

- Ni idea. Mira este: "Deshazte de Apolo, si el virus se libera entraremos en NRBQ. Lo tenemos controlado"

- Firmado K.F., como los demás- le digo señalando la pantalla.- ¿Quién coño es K.F.?

- Espera un momento- con prisa se levanta de la silla acercándose hasta su mesilla de noche, de donde saca un montón de papeles.- Mira- me tiende un papel con un dibujo de la mesa que encontramos en la ermita.- K.F., Karl Fleischer.

- Uno de la sala nazis...

- Sí. Hay que ir a hablar con Fermín o con Rebeca, si alguien sabe de nazis son ellos- informa acercándose a la puerta.- ¿Puedes quedarte con Sabela?- yo asiento hasta su dirección y cierra la puerta.

El Internado Laguna NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora