Capítulo 37

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*Capítulo especial!!!*
*Capítulo largo*

Iván

Sin poder evitarlo vuelvo a mirar a Sabela, lleva los últimos cinco minutos mirando preocupada a Héctor, quien tiene la mirada perdida en el suelo. En cuanto comienzan los aplausos ella se sobresalta aplaudiendo torpemente, mi mirada pasa a los tíos de Susana, ambos llorando. Apartándome del resto a una esquina observo como Diego abraza a Sabela, provocando una mala sensación en mi pecho, la misma que me atormenta desde hace meses y provoca que haga mis manos puño.

- Elsa, después de una mala noticia, déjame felicitarte por la buena- escucho como le dice Camilo, ambos están a mi lado.- He oído que habemus boda, enhorabuena- lleno de rabia me acerco a ella cuando el mayor se va.

- ¿No pensabas decírmelo?- es lo primero que le pregunto sintiendo mis ojos aguarse, ella se convertirá en una víctima más.

- Pues claro que sí.

- ¿Sí?- elevo mi ceja.

- No te pongas a la defensiva, ¿vale?- estoy por saltar pero Sabela aparece agarrando mi mano, por lo que una oleada de tranquilidad atraviesa mi cuerpo dejándome respirar pausadamente.

- ¿De verdad te vas a casar con Noiret?- le pregunta preocupada la rubia, a lo que la morena la mira confusa.

- Sí y no empecéis, ninguno de los dos- nos mira a ambos con advertencia, cuando los dos empezaron ella también le había pedido que no se juntara con mi padre.

- Díselo a él- susurro, si tengo que ser un cabrón para que se alejase de él, lo seré.- Porque en cuanto empiece a darte hostias, no va a parar.

- Tú padre me quiere- dice cruzándose de brazos mirándonos a ambos con cansancio.- ¿Tanto os cuesta entenderlo?

- Sí cuando es un maldito maltratador, Elsa, por favor- le responde Sabela alterándose un poco por lo que aprieto su mano, ella está mirando a todos lados preocupada.

- Mira, Elsa, a querido a muchas- sigo diciendo para que reaccione.- A una la quería tanto tanto que le partió el brazo. Pero yo creo que a ti te quiere mucho más, claro. Se va a casar contigo, debe tenerte reservada una paliza mundial- de reojo puedo ver como la rubia tiene sus ojos aguados.

- Elsa, por favor- le suplica mientras una lágrima cae por su mejilla, sabía lo mucho que la quería, además de que Samuel conviviría con ambos.

Al ver que Elsa no va a decir nada más, tiro con delicadeza de Sabela en dirección al baño y ella no parece tener problema. Ambos necesitamos compañía ahora mismo. En cuanto entramos en un cubículo la guío para que se siente en el váter, así yo enciendo un pitillo sin que le dé el humo en la cara.

- ¿Tú crees que se echará atrás?- susurra limpiando sus mejillas con rabia.

- Elsa no es tonta, ¿vale?- le digo acariciando su mejilla, no puedo evitar sonreír, estos días a estado más cercana.- Y, como última opción, siempre podemos secuestrarla para que no haya boda- intento bromear para que se distraiga y lo logro.

- Eres idiota- suelta riendo levemente y yo me siento en el cielo al observar su sonrisa.- Déjame una calada- me dice levantándose sin esperármelo, por lo que tardo en reaccionar pero logro agarrarle la mano cuando va a llevar el pitillo a su boca.

- ¿Aún no te ha vuelto tu racionalidad?- pregunto algo enfadado ante las decisiones que lleva tomando desde hace un tiempo, hace mucho que no piensa ni en su salud.

- No y no creo que vuelva en un tiempo, gracias a vosotros- sonriendo falsamente me mira desafiante mientras intenta soltarse de mi agarre, pero claramente tengo más fuerza que ella.

El Internado Laguna NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora