El Internado Laguna Negra

Capítulo 33

Mucho tiempo después en el Laguna Negra...

Asegurándome de que nadie me vea salgo con cuidado hacia la parte trasera del internado, aunque a los pocos segundos una sensación de inquietud se instala en mi cuerpo al sentirme observada. Acelero mis pasos cuando escucho unas pisadas cerca de mí, de hecho cuando giro la esquina un cuerpo me aplasta contra la pared.

- Pensé que eras un profesor- le protesto al moreno que tengo mirándome fijamente.

- ¿A un profesor lo besas?- él junta nuestros labios en un beso intenso y rápidamente llevo mis manos a su pelo revolviéndolo un poco mientras acaricia mi cintura.

- Si besa tan bien como tú...Puede- respondo separándome un poco y él ríe levemente.

- De lo que no hay- con una amplia sonrisa lo vuelvo a besar tiernamente.

- Sabes, sabes, sabes- repito emocionada separándome y él alza una ceja.- Álvaro y Victoria- resoplo cuando me mira sin entender.- ¡Se han besado! Hacía mucho que no la veía tan relajada y feliz.

- Ya decía yo que andaba con una sonrisa de tonto.

- ¿Cómo tú?- yo ladeo mi cabeza con una sonrisa burlona.- Dieguito.

- Dieguito te voy a dar yo a ti Dieguito- sin poder evitarlo me echo a reír cuando comienza a hacerme cosquillas.

Risas que se apagan cuando observo como Victoria, Carolina y Roque entran corriendo desde el bosque por el muro.

- Diego, tengo que ir a hablar una cosa con mi hermano- miento mirándolo con una sonrisa tensa.

- Nos vemos después, hermosa- yo asiento y después de dejar un beso rápido en su mejilla corro en dirección a la habitación de los chicos.

- ¿Marcos?- pregunto preocupada al ver sangre en su cuello y su camiseta rota, estaba a punto de entrar a su habitación.

- ¡Dios, Sabela!- con nerviosismo me abraza con fuerza.- ¿Tú estás bien?- yo asiento cuando se separa sin entender nada y él pasa dejando ver a todos con cara de asustados.

- ¿Qué pasa?- pregunto confusa al ver a la pareja de morenos sudada y a los demás con caras de susto.

- Estás bien...- Carolina y Victoria corren a abrazarme.

- ¿Qué ha pasado?- repito cuando nos separamos, yo dejando un beso en sus mejillas.

- Han intentado matarnos- me informa Roque.

- Y a nosotros- Iván me mira muy nervioso.

- Y a mí- termina Marcos.- Has sido la única con suerte.

- Se habrán apiadado un poco...- susurro aún asimilando la situación refiriéndome a mi enfermedad.

- Dios... Estamos vivos de chiripa- Victoria agarra mi mano acariciándola con inquietud.

- Es que no querían matarnos- le dice Iván.

- Entonces los disparos en el bosque han sido una bromita, ¿no?- yo miro a Victoria con los ojos abiertos, quien ríe nerviosa.

- ¿Disparos?- ella me asiente con su cabeza.

- Os han disparado, pero no os han dado- empieza Iván señalándolos.- A mí y a Julia nos han abierto la puerta, Marcos está aquí y con Sabela ni se han querido arriesgar por si acaso.

- Tiene razón- todos me miran.

- Entonces, ¿qué querían?- me pregunta Julia aún afectada.- ¿Asustarnos?