Capítulo 21

1.2K 62 12
                                    

Siento como mis ojos se abren poco a poco, batallando contra algo que les ordena cerrarse a la fuerza, lo único que puedo apreciar es una luz blanca apuntándome directamente. Giro mi cabeza despacio, sintiendo un dolor inmenso en mi pecho y en mi brazo, tenía varios tubos enganchados a este. Levanto un poco mi mirada y una cabellera rubia conocida aparece en mi campo de visión, preocupada intento incorporarme como puedo.

- Paula- mi voz sale en apenas un susurro, me encuentro sin fuerzas.

- ¡Sabela, Sabela!- ella me mira y comienza a gritar mi nombre, señal de que está asustada.

- Tranquila- un señor vestido de blanco tapa mi visión y me coloca una mascarilla en mi nariz. Me remuevo intentando alejarlo, pero no soy capaz y todo se vuelve negro.

Abro mis ojos de golpe incorporándome, aún se podía ver la luna a través de la ventana y Paula está durmiendo tranquilamente a mi lado. Siento que mi respiración va a mil y un sudor frío recorre mi frente, junto con una punzada en mi pecho que me inquieta. Inspecciono mis brazos en busca de alguna marca de aguja, pero no la hay, solo había sido un sueño.

<<Iván>>

 Después de cerciorarme de que Paula esté bien, dejo un beso en su frente y salgo corriendo hacia la habitación de los chicos. Entro intentando no hacer ningún ruido y voy directa hasta la cama del moreno, aún intranquila me acuesto a su lado.

- ¿Qué...?- al darse cuenta de que soy yo quita todo cansancio de su cara y me observa, su mirada transmite preocupación y rápidamente me abraza tapándome con la sábana.- Cielo...

- Una pesadilla, parecía demasiado real-  susurro y él comienza a dejar caricias en mi espalda.

- Sabela, necesitas calmarte...- después de tocar mi frente, y colocar sus dedos en mi muñeca, abre el cajón de su mesilla cogiendo una botella.- Toma.

Yo sin dudar tomo la pastilla que me tiende, él siempre guardaba alguna por si acaso, y me vuelvo a tumbar apoyando mi cabeza en su pecho. Iván no deja de acariciar y besar mi cabeza.

- Estás conmigo, a salvo, tranquila- me asegura logrando que quede dormida.

(...)

- Hoy estuviste en tu mundo todo el día, ¿qué pasa?- le pregunto a Julia mientras me acuesto a su lado en su cama.

- Pues igual que tú, ni siquiera has hablado un segundo con nadie- me responde evadiendo el tema.

- Día complicado- apoyo mi cabeza en su hombro sintiendo mis ojos cerrarse.

- Lo mismo- susurra enganchando nuestros brazos.

La puerta se abre de un portazo dejando ver a un Iván preocupado, vestido con su típico pantalón de pijama y una camiseta de asitas que me hace desviar mis ojos un poco de más. Él me hace un gesto para que le siga y después de dejar un beso en la mejilla de la morena salgo junto a él.

- ¿Estás bien?- le pregunto al solo escuchar su respiración agitada.

- Deberías ir a hablar con tu hermano, está en el baño- lo dice de tal manera que mis piernas empiezan ha andar deprisa involuntariamente hasta donde me ha dicho.

Asegurándome de que no me vea nadie entro en el baño, lo primero que veo es a Marcos sentado en el suelo con lágrimas en sus ojos. Rápidamente me tiro al suelo a su lado y lo abrazo, momento en el que él se derrumba completamente y solloza contra mi cuello.

El Internado Laguna NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora