Capítulo 26

953 64 18
                                    

Maratón 2/3

- No viniste a desayunar- Iván entra a mi habitación, pero yo no le hago caso tapándome más con mi sábana.

- No tengo hambre- susurro sin despegar mi vista del suelo.

Me sentía fatal, tanto sentimental como físicamente, incluso no había acompañado a Marcos al reconocimientos de los cuerpos. Me dolía el pecho de solo pensar que por un momento iba a ver a mi madre de nuevo, pero solo fue una falsa esperanza.

- Tienes que comer algo- dice parándose frente a mí intentando buscar mi mirada.

- Ahora no, Iván- levanto mi cabeza encontrándome con sus ojos llenos de preocupación, yo no puedo evitar que una lágrima recorra mi mejilla.

El moreno eleva su ceja sentándose rápidamente a mi lado para poner su mano en mi frente, su cara cambia a una de preocupación total mientras me destapa y toca mis brazos. Yo lo miro con confusión cuando agarra mi muñeca tomándome el pulso.

- Estoy bien, Iván- digo apartándolo y volviéndome a tapar.- Tengo frío, no me destapes- me quejo mirándolo mal.

- ¿Y vuestro botiquín?- pregunta volviéndome a destapar y yo lo fulmino con una mirada para después señalar debajo de mi cama.

Con prisa saca el termómetro y me lo pone debajo del brazo, para después coger una toalla y salir por la puerta corriendo. Tras dos minutos el termómetro no deja de pitar e Iván por fin entra de nuevo con la toalla mojada, la cual deja sobre mi frente.

- Dios, Sabela, tienes 38,7º de fiebre- él se peina su pelo inquieto y yo solo quiero que me deje taparme.

- Eso no es nada, duermo un poco y ya- bostezo cansada intentando coger la sábana, pero él no me deja.

- Ahora vengo- dice besando mi frente dejándome sorprendida y antes de salir por la puerta se gira a mirarme.- No te tapes- me advierte al ver mis intenciones, yo solo bufo frustrada.

Poco después escucho unos pasos, por lo que abro mis ojos con pereza, lo que me sorprende es que no es Iván, si no otro moreno.

- ¿Diego?- pregunto arrastrando un poco mis palabras, cada vez tenía más sueño.

- No te vi en el desayuno y me preocupé- dice haciéndome reír levemente ante la situación, él confuso se acerca para sacar la toalla de mi frente, su cara cambia a una de susto.- Sabela, estás ardiendo- yo asiento.

- Lo sé, estoy un poco mala- digo intentando no volver a cerrar los ojos.

- Espera, voy a por alguien- dice acariciando mi mejilla y acercándose a la puerta.

- No, no hace falta, no te preocupes- pero él no me hace caso yéndose igual.

Escuchando el regaño de Iván en mi cabeza vuelvo a taparme cerrando mis ojos, pero rápidamente vuelven a interrumpir mi sueño.

- ¿Bela?- frustrada suelto un bufido.

- Dejadme doormiirr- pido incorporándome, Marcos me mira preocupado.- ¿Qué pasa?

- Voy a por Héctor- dice en un susurro al verme.

- ¿Qué...?- antes de que pueda decir nada él se va corriendo.- ¡No hace falta! Increíble- suelto un suspiro y me vuelvo a acostar en la cama.

De repente Iván entra corriendo con María, quien trae una taza entre sus manos, el moreno se queda de pie mirándome aún preocupado.

- Sabela, hay que llevarte al médico- me dice María con tono de madre, lo que hace que un nudo aparezca en mi garganta.

El Internado Laguna NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora