El fin

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Iván

Nervioso agarro la mano de Victoria, la cual no ha dejado de morderse las uñas desde que trajimos a Sabela a su habitación ayer en la noche. No había despertado, después de meterla en la máquina su pulso se normalizó, pero ella parece no querer despertar. 

- ¿Cómo está?- pregunta Elías entrando, ha sido el último en pasar por la máquina.

- Igual- le responde Julia, ambos se funden en un abrazo y yo me giro para mirar a Marcos.

- ¿Por qué no despierta?- me pregunta en un susurro la morena para no alterar al rubio, él está acostado sobre la barriga de Sabela, torturándose porque sus latidos no se detengan.

- No lo sé, Victoria- respondo sin mirarla.- No lo sé...- me duelen los ojos, me he quedado sin lágrimas y estos se han resecado en consecuencia a no dormir.

- Es fuerte- me dice con esperanza.

- Lo es- afirmo tirando levemente de ella para acercarnos hasta la cama, ella no puede evitar volver a llorar y yo me siento a los pies de la rubia tapándola mejor con la manta.

- Ven- Marcos se incorpora dejándole un hueco a la morena y Elías copia nuestra acción juntando la cama de Julia, donde esta y él se sientan.

- Podrá con esto- murmura ella mirándonos.

...

Siento mi cuerpo adormilado, con el típico hormigueo que aparece cuando estás mucho tiempo apoyado en una mano. Aunque lo intente no puedo moverme, algo me lo impide o más bien alguien. Cuando abro los ojos la escena que me encuentro me llena de ternura. Todos están rodeándome, cada uno tumbado o sentado como puede, aunque han juntado dos camas el espacio es reducido. Estoy viva, por lo que la máquina ha funcionado, por lo que ellos están a salvo.

- Buenos díaaas- elevo mi voz llena de emoción levemente para despertarlos, y me ayudo con leves caricias en sus brazos y manos.

- ¿Qué pasa?- Marcos es el primero en despertar, aunque el sol que entra directo por la ventana no le permite abrir los ojos del todo, por lo que se los frota aún confundido.

- Buenos días, hermano- le digo y él tarda varios segundos en reaccionar, pero rápidamente se abalanza sobre mí para abrazarme, provocando que Iván y Victoria se despierten por su movimiento.

- Estás bien...- susurra aliviado besando toda mi cara, yo rio levemente asintiendo.

- Y vosotros- afirmo con una amplia sonrisa.

- ¡Bel!- Victoria se tira también e Iván se tapa la boca observándome, tiene sus ojos aguados y con cuidado me abraza junto a ellos.

- ¡Oye, que pesáis!- me quejo viendo de reojo como los dos morenos restantes se despiertan muy somnolientos.

- ¡Está despierta!- grita de repente Julia abriendo demasiado sus ojos y siento más peso sobre mí, me abraza por la espalda.- ¡Elías, despierta!- con su pie lo empuja.

- Dejadme espacio, por favor- suplico, a lo que todos se alejan mirándome preocupados, yo finjo seriedad, pero apresuradamente vuelvo a sonreír abriendo mis brazos.- ¡Abrazo grupal!- y como brutos nos echamos unos encima de otros entre risas.

(...)

- La verdad es que me siento como nueva, aunque no entiendo muy bien qué significa eso...- bajo mi voz a medida que termino la frase, Julia engancha su brazo al mío mientras entramos en la cocina.

El Internado Laguna NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora