2. Coma

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Freen entrelazó ambas manos en un esfuerzo inútil por calmar su ansiedad. Su pie izquierdo golpeaba el suelo continuamente. Su mente no podía dejar de recrear la imagen de Rebecca; parte del cabello rubio de la chica se había tornado rojo, y su cuerpo estaba completamente  desplomado.

Cerró sus ojos y trato de concentrarse en su respiración. No debía seguir pensando en lo sucedido, de lo contrario su cuerpo empezaría a responder de forma negativa ante lo que estaba sintiendo. Respiró profundamente. Cuando alzó la mirada, notó que su contrincante parecía igual de nerviosa. Ésta golpeaba sus dedos contra la palma de la mano, como si los contara de forma infinita. Se percató de que el top blanco que tenía puesto estaba manchado de sangre. Por otra parte, la mano izquierda de Irin también estaba manchada, ella tenía la mirada fija en el contenedor de basura, completamente absorta.

Las tres chicas esperaban impacientemente en la iluminosa sala de espera, se habían sentado tan distantes una de la otra que daba la impresión de que no se conocían.

Todas regresaron a sí mismas cuando la madre de Rebecca apareció en la escena. 

— Chicas, gracias por estar aquí -les dijo desanimada a las tres muchachas expectantes

— ¿Qué le dijeron los médicos? -preguntó Freen rápidamente

— ¿No ha despertado todavía? -cuestionó Irin

La señora Armstrong negó tristemente.

— Dicen que puede estar en coma durante otras horas más  -respondió la mujer mientras secaba las lagrimas que corrían por su rostro  — ... O días.

Freen resopló, el enojó invadió depronto su cuerpo.

— ¡Todo por tu culpa! -manifestó la castaña empujando a Charlotte bruscamente — ¡¿Cómo se te ocurre golpear hacía afuera la pelota?!

— ¡Yo no lo planeé! -replicó Charlotte empujando a Freen -—¡¿Cómo puedes insinuar que yo quise que esto pasara?!

— ¡Chicas! - gritó la señora Armstrong poniendose en medio de ambas — Este no es el momento de recriminarse, si hay algún culpable aquí son los directivos de la universidad. ¿Cómo es posible que les permitan jugar con tan pocas medidas de seguridad?

Ambas resoplaron, lo cierto es que ni la cancha ni las gradas estaban en las mejores condiciones. A pesar del rendimiento de los estudiantes en dicho deporte a nivel nacional, nunca se hacía un esfuerzo por mejorar las condiciones en qué jugaban.

— Vayan a sus casas -les ordenó la señora Armstrong — pueden venir mañana si no tienen clases, yo estaré haciendo las vueltas necesarias para que la universidad cubra con los gastos médicos.

Las tres chicas asintieron y se despidieron una a una de la mujer. Charlotte fue la primera en irse, seguida de Irin.

— Freen, gracias por llamarme -dijo la mujer abrazandola

Freen simplemente la abrazó con más fuerza. Quería expresarle todo su cariño y apoyo en ese abrazo, después de todo, Aum Armstrong era como una segunda madre para ella. La había visto crecer y la trató con el mismo cariño y la delicadeza que trataba a su hija.

— Por favor, avisame si sucede algo -le pidió

— Por supuesto -dijo la mujer acariciando el rostro de la castaña — me saludas a tu mamá.

Dos días habían pasado y Becky no parecía recuperar la conciencia. La sangre que brotó de la parte anterior de su cabeza se debía a una laceración en el cuero cabelludo que, por suerte, no había afectado ningún nervio. Sin embargo, el impacto de la pelota contra la frente de ésta, le provocó una conmoción cerebral a nivel del lóbulo frontal llevándola al estado actual.

Durante esos dos días, tanto Freen como Irin y Charlotte se turnaban para cuidar de Rebecca mientras su madre debía ausentarse. Al tener que asistir a sus clases, a veces coíncidan las tres, a veces sólo dos de ellas.

Aprovechando que se encontraba sola y dejándose llevar por sus impulsos, Freen acarició el rostro de Rebecca. Las lagrimas empezaban a salir de sus ojos a pesar de haberse dicho que se mantendría fuerte. En el pasado, había imaginado una vida con la rubia, miles de posibilidades... pero nunca visualizó verla en esas condiciones.

Depronto, recordó con ternura el primer beso que se habían dado

"Si no me besas, le diré a todos que estamos aquí"  -dijo la traviesa Rebecca adolescente con mirada soberbia

"Hazlo, y nos tocará lavar los baños por una semana" -le recordó Freen cruzando los brazos

La directiva disciplinaría había implementando el aseo obligatorio por parte de los estudiantes, porque éstos,  al provenir de familias bien acomodadas, olvidaban los buenos modales y adoptaban actitudes nefastas. Cada grado, se hacía responsable de dividir a los estudiantes en siete grupos, y cada grupo debía lavar los baños escolares durante un día de la semana correspondiente.

Sin embargo, no contaban con la creatividad que manejan los adolescentes. Estos decidieron crear la tradición de jugar a las escondidas para decidir quienes debían sacrificarse por todos los demás, y lavar los baños durante la semana asignada. Los primeros en ser encontrados, serían los desafortunados encargados de dicha labor.

"A mí no me importa hacerlo" -expresó Becky encogiendo sus hombros - "Tú eres a la que le da asco."

Becky levantó el mantel y Freen la jaló

"¡No lavaré los baños por tu culpa!" -expresó con enojo la castaña

'Bien, cállame con un beso" -la retó la rubia

Freen rodó los ojos. Se acercó lentamente y estampó sus labios contra los de Becky. No sabía muy bien qué hacer, y ésta otra mucho menos.

No fue el mejor de los besos, pero fue el primero, el que les permitió darse muchos más en el futuro y volverse expertas. La sensación electrificante que recorrió el cuerpo de ambas, les acababa de mostrar un planeta nuevo por explorar. 

¡Cof! - tosió Charlotte sacando a Freen de sus recuerdos - Ya te puedes ir -le indicó

Freen limpió sus lagrimas y volteó a verla. Le dió una mirada tan fuerte que hizo que Charlotte tragara saliva.

— No creas que me voy por que me lo exiges -expresó la castaña poniéndose enfrente de la pelinegra — lo hago porque no soporto tu presencia.

— Pues, el sentimiento es mutuo -replicó la pelinegra cortante

La relación de esas dos nunca había sido la mejor, a pesar de coincidir en muchos entrenamientos y jugar en algunas ocasiones en dobles, sus egos no les permitían establecer una relación sana. Ambas eran competitivas y orgullosas. El odio entre ambas pareció crecer mucho más cuando Charlotte descubrió que Freen era la ex pareja de Becky, y reconocía que ésta última seguía sintiendo cosas por la castaña. Charlotte se mostraba insegura ante la presencia de Freen, y ella lo podía sentir.

Al día siguiente, Freen tuvó que salir de clases sin excusarse con el profesor. La madre de Rebecca le había enviado un mensaje diciendo que ya estaba despierta. Ella no lo dudo ni un segundo, quería verla con sus propios ojos, saludarla y asegurarse de que estuviera bien completamente.

— Charlotte está con ella -le dijo Aum abrazandola — entra, preguntó por ti.

Freen asintió, se detuvó delante de la puerta y tomó un gran respiro antes de entrar a la habitación.

— ¿En serio no me recuerdas? -escuchó a Charlotte preguntar tristemente

— Lo siento, no lo hago -respondió Rebecca susurrando

— Becky -la saludó Freen acercándose

— ¡Freen! - la saludó efusivamente la rubia

intentó levantarse un poco de la cama, pero el dolor intenso  de cabeza hizo que se acostara nuevamente.

— No te esfuerces -le ordenó Freen ayudandola a acomodar sobre la almohada

— ¿Por qué la recuerdas a ella y a mí no? -preguntó la pelinegra con enojo

— ¿Cómo podría olvidarme de Freen? -preguntó genuinamente la rubia — Es el amor de mi vida.

Volviendo A Mí (FreenBecky) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora