22. Pacto (Final)

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Todos los graduados se tomaban fotos con sus respectivos familiares y amigos más cercanos. Freen, quien lucía un hermoso vestido negro, también se hacía fotos junto a sus padres. Era extraño,  para ella, verlos juntos en un mismo lugar. Sin embargo, estaba agradecida por la compañia de ambos.

Rebecca por su parte, se tomaba fotos con su madre y sus dos amigas. Su relación con su padre nunca había sido la mejor, y a decir verdad, tampoco le hacía falta. Irin y Nam eran suficiente para hacerla feliz. 

— Vamos a tomarnos fotos con Freen -sugirió Nam tomando a Rebecca del brazo

— No -replicó Rebecca, soltándose del agarre  —dejenla que esté más tiempo con sus papás. 

Todas asintieron. Después de todo, para la castaña volver a establecer un vinculo con su padre luego del divorcio, había tomado tiempo. Y ahora finalmente, podía hablar con ambos sin sentirse incómoda. 

La velada de graduación la terminaron celebrando en un hotel importante de la ciudad. Muchos padres y familiares  ya se habían ido, mientras los graduados se quedaban a disfrutar con sus colegas y amigos. 

Rebecca había salido a despedir a su madre, y de regreso a la sala de eventos del hotel, decidió quedarse en el balcón disfrutando de las heladas brisas que pasaban erizando su piel. Sus ojos se cerraron al sentir unos brazos abrazarla desde atrás, envolviendo su cuerpo. No hacía falta darse la vuelta o escuchar la voz de quién la abrazaba; su perfume insignia y la calidez de su cuerpo, era suficiente para reconocer a su persona. 

— ¿Planeabas no hablarme en toda la noche? -preguntó Freen posando su cabeza en el hombro de la rubia

— Quería que estuvieras más tiempo con tu papás -respondió la rubia poniendo sus manos sobre las de Freen — De todas formas, te iba a terminar robando a media noche. 

— ¿Sí?

— Ujú - contestó simplemente, doblando su rostro a un lado y besando dulcemente a Freen

Jurar que se sentía dichosa era una descripción vaga de toda la euforia que experimentaba. Junto a su amor, habían crecido y atravesado tantos obstáculos y por segunda vez, volvían a alcanzar una meta importante en sus vidas, estando al lado de la otra. 

Freen se separó lentamente, mientras continuaba acariciando el rostro de la más pequeña. 

— Ven, quiero bailar contigo. 

Los gritos y silbidos por parte de sus compañeros no demoraron en escucharse al verlas entrar agarradas de las manos. Se les había hecho costumbre molestarlas cuando hacían algún gesto cariñoso, ellas solo rieron rodando sus ojos. Freen rodeó a Rebecca con sus brazos, quién también la abrazó poniendo sus brazos alrededor de su cuello. Bailaron al compás de varias canciones mientras sus ojos se veían por algunos momentos con devoción, o la cabeza de una terminaba descansando sobre el cuerpo de la otra. 

La media noche tomó lugar, y la mayoría cantaba haciendo coros a la banda que la universidad había contratado como presente para todos por su gran día.

Freen tomó a Rebecca del brazo, quién cantaba junto a Nam e Irin, y la empezó a dirigir alejándola de la multitud.

— ¡¿Ya nos vamos?! -cuestionó la rubia gritando sobre la música fuerte y los cantos de sus compañeros — ¡No nos despedimos de nadie! 

Freen siguió dirigiéndola sin decir nada. Se detuvó en frente de una mesa que estaba en la esquina.  Levantó el mantel y se agachó, terminando metiéndose debajo de ésta. 

— Ven -dijo mirandola, y esbozando una sonrisa risueña

— ¿Qué haces? -preguntó Rebecca casi que susurrando, soltando una pequeña risa

— Ven -insistió la castaña ofreciéndole la mano

Rebecca miró a los lados percatándose que nadie las estuviera observando. Se metió y no pudo evitar reir al sentirse como una niña pequeña, y recordar su primer beso.

— Si nos pillan aquí, nos van a hacer bullying de por vida -expresó la rubia  

— Que no nos pillen entonces. 

Freen la miró por varios segundos, mientras sonreían tontamente. Luego tomó su mano y plantó un pequeño beso en ella. 

— Tengo algo para ti -manifestó la castaña — pero debes de darme algo a cambio.

— ¿Qué cosa? -cuestionó Rebecca con curiosidad 

Freen cerró sus ojos señalando sus labios. La invitación no tomó tiempo en ser respondida. Rebecca la besó agarrando su rostro con sus dos manos. Podían sentir la sonrisa de la otra mientras se besaban tiernamente. Freen terminó el beso, y buscó algo en el bolso pequeño que llevaba colgado. 

— En realidad, esto es tuyo sin necesidad de que me des nada -le hizo saber mientras seguía buscando — Sólo quería que me besaras. 

Rebecca quedó atónita al ver a Freen sacar la pulsera que había diseñado para ella hace años.

— Esto siempre te perteneció -dijo Freen mientras se la ponía con delicadeza — Siempre ha sido tuyo. No importa a dónde nos lleve la vida;  siempre será tuyo. 

El rostro de Rebecca reflejaba todo la ternura que estaba sintiendo a través de un puchero.

— ¿Hasta que nuestros cuerpos se vuelvan cenizas?  - cuestionó Freen, haciendo alusión al pacto que habían establecido cuando eran adolescentes

Los ojos de Rebecca humecidos por las lagrimas que se habían formado, se cerraron ante la enorme sonrisa que se dibujó en su rostro. 

— Hasta que nuestros cuerpos se vuelvan cenizas  -contestó Rebecca envolviendo sus brazos sobre el cuello de Freen

Volviendo A Mí (FreenBecky) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora