A pesar de temer que Freen se alejaría al expresar sus persistentes sentimientos hacía ella, todo resultó ser lo contrario. La castaña empezó a pasar más tiempo con ella a solas, hacían planes para ver series o peliculas.
— Yo creo que Zheng es el asesino -dijo Rebecca concentrada en la pantalla
— Yo también -asintió Freen mientras agarraba más palomitas — lo están retratando como un hombre perfecto, debe de tener algún defecto.
Seguían teniendo el gusto compartido por las series de misterio y suspenso, y se reunían siempre que podían a ver alguna y plantear sus hipótesis. Sin querer, habían restaurado uno de sus hobbies favoritos.
Por otra parte, Rebecca le pidió a Freen que le enseñara a jugar tenis en su tiempo libre. Aunque ella nunca fue fan del deporte, amaba la pasión que su amiga tenía por este deporte, y era otra obvia excusa para pasar más tiempo con ella.
— Debes de agarrarla así -le explicó Freen poniendo su mano sobre la de Rebecca, indicandole el agarre — si no la agarras bien, te puedes lastimar la muñeca.
Rebecca sonrió ante la cercanía del cuerpo de Freen contra el suyo. Ella entendía lo que le explicaba, pero fingía no hacerlo para que ésta la tocara.
— Hay varios tipos de agarre, pero empecemos con la más básica.
Rebecca sólo asentía y sonreía. Freen era perfecta ante sus ojos. Pasar más tiempo con ella no estaba ayudando a superarla, por el contrario, sus sentimientos crecían cada vez más. Sin embargo, eso la hacía tan feliz que no le importaba salir lastimada por algo que no era recíproco.
— ¿Por qué me miras así? -preguntó la castaña confundida
— Te ves muy linda cuando estás seria.
Freen sonrió bajando la mirada, sus cachetes deslumbraban un leve color rojizo, era como ver a su versión adolescente siendo timida ante los cumplidos de Rebecca.
— Eres tan linda que siento que tus papás te hicieron con mucho amor.
— ¡Becky! -la reprendió Freen sonrojada -— Si sigues diciendo esas cosas, no podré-
— Miren, si es la pareja favorita de todos -interrumpió Charlotte con sarcasmo, acercándose junto con otros compañeros — Siento informarles que necesitamos la cancha.
— Pues tendras que esperar, nosotras la reservamos -replicó Freen cortante, su actitud cambió drásticamente
— Lo siento, pero ustedes sólo están perdiendo el tiempo -dijo la pelinegra provocando que Freen cerrara el puño de su mano — Esto es sólo para profesionales, no para niñitas inútiles.
Rebecca puso su mano sobre el brazo de Freen evitando que ésta se acercara a Charlotte. Ya sabía que estaba molesta. Por su parte, ella estaba realmente disgustada ante la forma en que Charlotte se estaba mostrando. La versión que ella había conocido era tan amable, atenta y tierna, pero ahora sólo veía a un ser prepotente y antipatico.
— No te preocupes, Fi -le dijo Becky suavemente, intentando calmarla —Podremos practicar otro día.
— Eso, hazle caso a la inútil de tu noviecita -dijo Charlotte con un tono burlón
— Mira, tú, imbécil -dijo Freen y se acercó a la pelinegra, ignorando la suplica de Rebecca — No tengo la culpa de que Becky no se enamorara de ti. Eres tan insipida que nadie te encuentra interesante.
— ¡Ja! ¿Insipida yo? - preguntó mientras se acercaba más a Freen — Al menos no soy una cabrona que disfruta que le pongan los cuernos.
Eso fue todo. Lo que faltaba para que el vaso de agua se derramara, llegó finalmente. Freen empujó fuertemente a Charlotte, haciendo que se cayera. La pelinegra se levantó llena de odio, corrió hacía Freen y le clavó el puño en el cachete. Freen le devolvió el golpe, las cosas iban a ponerse peor, pero por suerte los amigos de Charlotte ayudaron a separarlas.
— ¡Ya basta! -gritó Rebecca poniéndose en frente de Freen — Charlotte no seas una resentida, siempre fui clara contigo.
La pelinegra sonrió mientras se sobaba el rostro adolorido. Iba a continuar hablando, pero Rebecca se adelantó.
— Cómo vuelvas a tocar a Freen, vas a estar en graves problemas.
— ¿Me estás amenazando, Armstrong?
— Tomalo como un advertencia.
Rebecca jaló a Freen del brazo, tomó sus cosas y la llevó a su casa. Su mamá la revisó y le brindó una compresa de hielo. Rebecca la miraba con tanta preocupación.
— ¿Duele mucho? -preguntó quitando el cabello del rostro de Freen, ésta asintió — Lo siento, Fi. Por mi culpa ella te odia.
— Para nada, nuestro problema viene de antes. -expresó la castaña tratando de tranquilizar a su amiga, sabía que se estaba culpando — Era una pelea anunciada, sólo faltaba que se diera.
Rebecca resopló, estaba tan enojada al recordar como la pelinegra la había golpeado. Parte de ella le hubiese gustado lastimarla de vuelta. Freen pusó su mano sobre la de ella apaciaguando su enojo.
— Gracias por defenderme -dijo y apretó la mano de la rubia, cuya mirada pasó de estar enojada, a expresar ternura
—Tú fuiste quien me defendió... -dijo Rebecca con tristeza — yo pude haberla golpeado también.
— No vale la pena -replicó Freen levantando su rostro para que la viera
Rebecca sonrió también al ver la sonrisa que Freen le daba. Era imposible no hacerlo; era una de las cosas que más amaba. Otra cosa que amaba era lo que estaba aconteciendo en el momento: sus ojos coincidieron y ambas se perdieron varios segundos en los de la otra. Quizás era iluso de su parte, pero podía percibir que Freen la miraba de la misma forma en que ella lo hacía.
— Freen, ¿Te quedaras a dormir? -preguntó Aum entrando a la habitación, interrumpiendo sus miradas — Puedo prepararte la leche como te gusta.
— No te preocupes, Aum. June pasara por mí.
La sonrisa de Rebecca desapareció al escuchar ese nombre maldito para ella. June. June. June. ¡¿Por qué tenía que aparecer esa mujer?! ¿No podía simplemente dejar de existir? ¿Por qué tenía que seguir arrastrando a Freen en esa relación superficial?
— Ya está fuera, muchas gracias -expresó Freen abranzado a Aum
Rebecca la acompañó a la puerta. Freen la abrazó, y está la apretó con fuerza, no quería que la castaña rompiera el abrazo y la dejara para irse con esa peliroja. La quería solo para ella. Finalmente, la soltó. Debía hacerlo; June tocaba el claxon insistentemente.
— Nos vemos la próxima semana, Bec -expresó Freen dulcemente y le dio un beso en la mejilla
Rebecca suspiró al verla irse. Se llevó la mano a la mejilla sintiendo el cosquilleo que se formó al haber sido besada. Resopló con tristeza: ella seguía enamorándose cada vez más de una mujer que al final del día se iba con otra.
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Volviendo A Mí (FreenBecky)
FanfictionDespertar en una habitación blanca, luminosa y extraña, puede ser confuso, ¿Cómo terminó ahí? Sin embargo, despertar y darse cuenta que todo en su vida había cambiado y no tener ningún recuerdo de ello, era aterrador. Rebecca se encuentra en una s...