❝ Summer(u) Rain❞

❥ CHAPTER 12ᰔᩚ

Kaveh vuelve a observarse al espejo. Una y otra y otra y otra vez. Esta hecho un manojo de nervios. Se levantó temprano aquella mañana para preparar el lugar donde llevaría a Alhaitham a su cita, dejó todo lo que iba a necesitar y regreso a casa para arreglarse.

Teme que las actividades que preparó no sean del agrado o estén a la altura del Gran Sabio Intendente de Sumeru. Es decir, sabe que ambos han cambiado y el punto de tener citas es volver a conocerse, descubrir que se esconde detrás de cada uno y entender los sentimientos que comparten con dulzura.

Toc Toc Toc

Inhala y exhala con profundidad en un intento de calmar esa ansiedad que lo carcome de la cabeza hasta los pies.

Toma la cesta de comida que ha preparado para merendar entre sus manos antes de dirigirse a abrir la puerta para recibir a Alhaitham.

Es deslumbrante.

— ¿Está usted listo para nuestra cita, Gran Sabio? — pregunta en un tono coqueto mientras cierra la puerta detrás de él.

— ¿A dónde iremos?

— Fuera de la ciudad — Ambos caminan con calma, tienen el día libre para disfrutarlo a lo máximo, ambos llevan un bolso con sus propias cosas, debe admitir que salir de la ciudad siempre es reconfortante.

Caminan bajo la sombra de los árboles, van por el sendero que los llevaría hacia el puerto Bayda, pero se desvían para cruzar un puente colgante, se tambalea levemente por el peso, ambos disfrutan del sonido de las aves, de la calidez del sol, el aire fresco de primavera, se deslizan por una pequeña colina tomados de la mano hasta llegar al lugar donde tendrán su cita.

— ¿Un picnic? — Alhaitham sonríe curioso al ver la manta reposando en el pasto con varios objetos sobre ella, ve libros, un ukelele, ve lienzos y acuarelas. Ve sueños y oportunidades.

— Preparé varias actividades para nosotros, así podemos relajarnos un rato del estrés de la semana — Le aprieta de la mano para cruzar el pequeño arrollo y llevarlo al pequeño lugar donde pasarán el resto del día— Ahora deja ese bolso y vamos a nadar.

Los ojos de Kaveh esconden constelaciones que brillan a la par de su sonrisa — Pero no traigo un traje de baño.

— Eso no importaba cuando éramos niños, ¿no? — Entonces sonríe y entiende de que está hablando.

Kaveh no tarda en quitarse la camisa y correr hasta el cuerpo de agua para zambullirse en el. Alhaitham sonríe y repite el mismo gesto con calma.

¿La vida siempre fue tan sencilla?

Ambos nadan debajo del agua y en la superficie, se persiguen como peces juguetones, se lanzan agua con las manos, se ríen y salen burbujas, el lago está helado pero las manos ajenas son cálidas.

Se ahogan de dulzura.

Alhaitham lo atrapa entre sus brazos en medio de las carcajadas, lo deja por unos instantes ser más alto que él, Kaveh no puede escapar así que solo rodea su cuello mientras sigue riendo.

El escriba esconde su rostro en el pecho ajeno y cree que puede permanecer ahí para siempre, el cuerpo de Kaveh es encantador, se toma el tiempo de observarlo y analizarlo; es delgado, sus músculos son apenas notorios, su piel es tan pálida como la nieve y tan suave como la lana, su cabello mojado cae por los lados y le hace cosquillas en la nariz.

El fotógrafo nota el silencio pero no se siente incómodo en lo absoluto, responde el abrazo y cree que puede quedarse ahí por mucho tiempo, el cuerpo de Alhaitham es impresionante, se toma el tiempo de analizarlo y observarlo: es esbelto, sus músculos notorios sin ser exagerados captan su atención, su piel esta levemente bronceada y le recuerda a la arena, a su vez tiene manchas blancas que asume son las cicatrices de batallas bien peleadas, quiere besarlas todas, cree que es precioso.