❥Donde Alhaitham y Kaveh llevan conociéndose toda la vida, por lo tanto, fue inevitable que ambos terminaran profundamente enamorados.
Cc portada: @ToraeKi0319 en X/Twitter
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— ¿Qué hacen aquí?
La viajera lo ha guiado hasta una cueva al norte de Sumeru, en la arboleda Moutiyima, ha solo unos quince minutos del lugar donde Kaveh lo llevo a una cita, esperaba llegar y colarse mientras analizaba el entorno para idear el plan perfecto y salir victoriosos sin ningún rasguño.
— Ya revisamos alrededor, esta es la única entrada y salida.
Junto con un grupo reducido de hombres se encontraban Cyno, Tighnari y Dehya esperando la llegada de Alhaitham.
— Candace está cuidando tu casa, nada entrará ni saldrá sin que ella lo note.
— ¿Creíste que te dejaríamos pelear solo otra vez? — Cyno sujeta con firmeza su lanza mientras camina hacia él. — Somos un equipo. Somos una familia.
Tighnari se acerca para colocar su mano sobre el hombre del gran sabio — Y la familia se cuida entre ella misma.
Alhaitham no necesita decir más. Asiente con la cabeza mientras se dirige hasta la entrada de la cueva. Inhala y exhala antes de mirarlos nuevamente. — No importa cuantos eremitas o fatuis escapen, nuestro objetivo es atrapar a Khajeh con vida. Cuando eso suceda, nos retiraremos.
Todos asienten, es momento de contratacar. Abren sus planeadores para bajar en silencio por esa caída en picada entre los hongos y la naturaleza de la cueva, hay flores que iluminan su camino con el brillo natural que contienen, avanzan con pasos mudos y se detienen ante algún movimiento repentino. Cuidan su guardia, analizan su andar y se mantienen sigilosos.
Llegan hasta el centro de la cueva, donde a lo alto, un gran cumulo de energía dendro ilumina cada rincón de aquel húmedo lugar. Está lleno de luciérnagas y restos de hongos alrededor, justo debajo de aquel núcleo logran visualizar a un grupo de eremitas charlando animadamente. Alhaitham les hace una señal para que se agachen y se mantengan alertas, no pueden ser descubiertos, no aún.
Un golpe hace eco, el grupo se calla cuando un eremita espadachín cae al suelo por la cachetada que Khajeh le otorgó.
— ¡No pueden estar hablando enserio! —Khajeh es un desastre andante, su ropa esta manchada de suciedad, su rostro está demacrado y sus manos tiemblan de desesperación.
— No hay forma alguna de salir de la nación — El líder eremita se limpia la sangre del rostro mientras se pone de pie — Todas las fronteras están cerradas, la mejor opción sería huir por el desierto y pedir asilo político en Fontaine.
— Eso es imposible — Un grupo de Fatuis también estaban ahí, se encontraban un poco alejados del disturbio pero presentes en la pequeña discusión — La arconte y el gran sabio se reunieron hoy con el Gran Juez y el Alcaide del fuerte Merópide, llegaron a un acuerdo o algo así.
— No debiste bajar la guardia con ese niño, Khajeh — Un recaudador pyro se burla con su grupo — Te distrajiste y perdiste tu oportunidad para tomar el control de Sumeru.
