El estadio vibraba de anticipación mientras nos acomodábamos en nuestros asientos, esperando el último partido de la temporada. El ambiente era eléctrico, pero había un toque agridulce al saber que era la última vez que veíamos a Kylian con su camiseta del PSG. A mi lado, Raphael se movía emocionado, sus ojos brillaban con anticipación.
"Mami, ¿crees que papá jugará bien hoy?" Preguntó Rafael, con la voz llena de esperanza.
Le sonreí, revolviendo su cabello suavemente. "Por supuesto, cariño. Tu papá siempre da lo mejor de sí".
A medida que se desarrollaba el partido, cada jugada parecía un momento congelado en el tiempo. Kylian se movió por el campo con su velocidad y habilidad características, pero el gol seguía siendo difícil de alcanzar. La tensión en el estadio crecía con cada minuto que pasaba, y cuando sonó el pitido final, había una sensación colectiva de decepción.
Kylian fue llamado para una entrevista posterior al partido, su expresión era una mezcla de resignación y gratitud. El entrevistador se acercó a él y le tendió el micrófono.
"Kylian, hoy es un partido difícil y lamentablemente no hay goles para ti. ¿Cómo te sientes con respecto a tu último partido con el PSG?" preguntó el entrevistador.
Kylian suspiró y se pasó una mano por el pelo. "Siempre es difícil cuando no consigues el resultado que deseas, especialmente en tu último partido con el club. Pero estoy agradecido por los recuerdos y el apoyo de los aficionados".
El entrevistador asintió con simpatía. "Has tenido una carrera increíble en el PSG. ¿Cuáles son algunos de tus mejores recuerdos de tu estancia aquí?"
Kylian sonrió, con un atisbo de nostalgia en sus ojos. "Hay tantos momentos que atesoraré para siempre. Ganar títulos, jugar junto a compañeros increíbles y sentir el amor de los aficionados. El PSG siempre tendrá un lugar especial en mi corazón".
El entrevistador se inclinó, ansioso por saber más. "¿Y qué sigue para ti, Kylian? ¿Alguna pista sobre hacia dónde te diriges?"
Kylian se rió entre dientes y sus ojos brillaron con picardía. "Mantengo mis opciones abiertas por ahora. Quiero asegurarme de tomar la mejor decisión para mí y mi familia".
El entrevistador asintió, garabateando notas en su libreta. "Comprensible. ¿Y qué mensaje tienes para la afición que te ha apoyado durante toda tu etapa en el PSG?"
La expresión de Kylian se suavizó y su mirada se volvió hacia la cámara. "Sólo quiero decirte gracias. Gracias por tu apoyo inquebrantable, tu pasión y tu amor. Has estado conmigo en los altibajos, y siempre estaré agradecido por eso".
Cuando terminó la entrevista, Kylian se dirigió hacia nosotros en las gradas. Sus pasos parecían más pesados de lo habitual y pude ver la tristeza grabada en su expresión. Cuando llegó hasta nosotros, abrazó fuertemente a Raphael, sus ojos brillaban con lágrimas no derramadas.
"Lo siento, Raphael. Papá no pudo anotar hoy", dijo Kylian, con la voz entrecortada por la emoción.
Raphael le devolvió el abrazo y sus pequeños brazos rodearon el cuello de Kylian. "Está bien, papá. Sigues siendo el mejor jugador de fútbol del mundo".
Kylian sonrió entre lágrimas y su corazón se llenó de amor por nuestro hijo. "Gracias, Raphael. Siempre sabes cómo hacer que papá se sienta mejor".
Entonces, Kylian se volvió hacia mí y sus ojos buscaron los míos. Extendió la mano y me tomó entre sus brazos, abrazándome cerca.
"Me hubiera gustado haber hecho más hoy en el campo, especialmente por ti y por Raphael", susurró, con la voz cargada de arrepentimiento. "Lo lamento."
Le devolví el abrazo con fuerza, sintiendo el peso de sus palabras. "Está bien, Kylian. Estamos orgullosos de ti, pase lo que pase".
"Siento que si hubiera hecho más habría sido mejor"
"Lo único que importa es que diste lo mejor de ti"
"Gracias" dice besándome
"De nada"
Mientras estábamos allí, abrazados y el ruido del público perdiéndose en el fondo, sentí una oleada de amor por este hombre que lo había dado todo, tanto dentro como fuera de la cancha. En ese momento, rodeado por los ecos del partido y la calidez del abrazo de Kylian, supe que nuestro vínculo era inquebrantable.
Salimos del estadio, de la mano, nuestro amor brillando más que nunca. Y mientras mirábamos hacia el futuro, supe que sin importar a dónde nos llevara la vida, nuestro amor siempre sería nuestra mayor fortaleza.
Al día siguiente, titulares y artículos inundaron Internet, destacando la salida de Kylian del PSG. Llegaron comentarios tanto de fanáticos como de expertos, elogiando sus contribuciones al club y especulando sobre su próximo movimiento. Pero en medio del frenesí, hubo una imagen que capturó los corazones de los fans de todo el mundo.
En las redes sociales apareció una foto de Kylian, Raphael y yo saliendo juntos del estadio, de la mano. La imagen capturó un momento de pura emoción y amor, y la gente no pudo evitar conmoverse.
Los comentarios de Instagram llegaron a raudales, expresando admiración por Kylian y nuestra familia. "Una verdadera leyenda dentro y fuera del campo", decía un comentario. "Te deseo todo lo mejor en tu próxima aventura", dijo otro. La abrumadora muestra de apoyo fue un testimonio del impacto que Kylian había tenido, tanto como futbolista como como persona.
Mientras leíamos juntos los comentarios, no pude evitar sentirme agradecido por el amor y apoyo de los fans de todo el mundo. Y mientras mirábamos hacia el futuro, supe que sin importar a dónde nos llevara la vida, nuestro amor siempre sería nuestra mayor fortaleza.
