Navidad anticipada

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Diciembre siempre había sido un mes complicado para Violeta, era un mes muy nostálgico y ella era una persona que tendía a ser intensa, por lo que la nostalgia que sentía se veía exacerbada por ella misma. Era el cumpleaños de Alba y eso le traía muchos recuerdos, su vida antes de la pequeña, su vida con ella, sus errores, su juventud... En fin, era un mes en el que se centraba en la introspección. Álex solía asustarse cuando la veía así, más retraída que de costumbre, pero para Violeta la melancolía no era un problema, le gustaba vivir sus sentimientos intensamente y este era uno más de ellos. Este diciembre tenía una adición nueva sobre la que reflexionar, Chiara. El mes acababa de empezar y todavía no la había podido ver, lo cual no significaba que no pensara constantemente en ella. La inglesa le había contado que la Navidad era su festividad favorita del año, las luces, los colores, los villancicos y la comida le chiflaban y eso le había dado una idea. En cuanto tuvo un rato libre se metió de lleno en la cocina, abrió internet y buscó una receta de galletas de Navidad. Iba a llevarle la Navidad a Chiara por adelantado. Una vez hizo las galletas llegó la parte entretenida, decorarlas, Alba estaba a su lado, subida a una banqueta para llegar a la encimera y con una manga pastelera llena de colores en mano. Violeta le había dado cinco galletas para que se entretuviera mientras que ella hacía el resto, le pensaba regalar las galletas navideñas más perfectas del mundo a Chiara.

-¡Vio! ¿Se puede saber que estás haciendo? -preguntó Denna con las cejas levantadas.

-Pues cocinar-respondió Violeta como si fuese una obviedad.

-Eso ya lo veo, a lo que me refiero es a lo que rodea el cocinado. ¿Qué haces con un gorro de Papá Noel? Y, sobre todo, ¿qué haces escuchando villancicos mientras decoras galletas de Navidad? Ya no es solo que seas la reencarnación granadina y pelirroja del Grinch pero es que no estamos ni cerca de la Navidad, quedan semanas todavía, tronca.

-¡Son para Kiki! Le estamos grabando un vídeo del proceso-respondió Alba mientras se llevaba la manga pastelera a la boca y apretaba con fuerza.

-¡Alba! Eso es para las galletas. Dios mío, eso es puro azúcar, no va a haber quien te acueste-dijo Violeta exasperada y quitándole la manga pastelera a la niña.

-Alba, ve a por el tito Álex, que te está buscando-ordenó Denna.

-Qué niña de verdad. Yo no sé a quién ha salido-se lamentó Violeta volviendo a la decoración de las galletas.

-Tú estás hasta las trancas-la chinchó Denna con una sonrisa burlona y quitándole le espátula de la mano.

-¿Qué dices? Anda, dame eso, que he quedado con Kiki en un rato.

-Dios, estás súper pérdida. Nunca te había visto así, estoy hasta emocionada. ¿Qué te ha hecho la guiri?

-Denna, estás delirando-dijo Violeta antes de lanzarse a por la espátula. Denna la sujetó por encima de su cabeza para que Violeta no llegara. -Eres muy mala.

-Te la daré cuando admitas que estás enamorada.

-Ay Denna, qué infantil.

Violeta se giró hacia el fregadero tapándose la cara con las manos y haciendo que Denna se preocupara por ella, acercándose con cuidado y sintiéndose culpable.

-Violeta, perdón. Era broma.

Violeta se giró rápidamente y con agilidad se tiró encima de Denna para coger la espátula, con la mala suerte de que Denna perdió el equilibrio y acabaron las dos en el suelo. Por un segundo, las dos se miraron a los ojos con susto de haber molestado a la otra pero al ver la expresión de la otra se deshicieron en carcajadas.

-¿Estáis bien? -preguntó Álex jadeando en el umbral de la puerta.

Al ver su cara de preocupación, las granadinas se rieron más todavía. Alba las vio reírse y se echó encima de las dos provocando más risas todavía.

Sweet nothingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora