Violeta entró dando pisotones hasta el hotel. Chiara Oliver se iba a enterar de quién era ella. Si se pensaba que porque había sido amable y había bajado sus defensas iba a permitir que se aprovecharan de ella, la llevaba clara. Abrió la puerta del despacho con más fuerza de la necesaria, haciendo que esta rebotara contra la pared. Chiara se levantó de un bote del escritorio, poniendo cara de susto.
-Chiara, se puede saber en qué universo es normal que en periodo de prueba no cobre mi salario. No sé si en guirilandia no tenéis derechos laborales pero en España tenemos derechos y pienso luchar por ellos.
Chiara la miraba completamente anonadada. Había un chico rubio de pelo corto a su lado que la miraba con una sonrisa burlona.
-Violeta, este es Lucas Curotto, es mi compañero y estará supervisando como llevo el hotel. Si no te importa, hablaremos de tu contrato en otro momento- Dijo Chiara con la voz seria e intentando que se fuera de su despacho.
-No, no. Si la señorita...
-Hódar-Le respondió Violeta a Lucas.
-Si la Señorita Hódar quiere hablar de su contrato, hablemos ahora mismo.
Chiara se tocó la frente con una mano, derrotada y Lucas le señaló la silla a Violeta para que se sentara.
-Eh, en mi contrato pone que voy a cobrar solo el setenta por ciento de mi sueldo durante los dos tres meses que dura el periodo de prueba. No es legal.
-Será una errata, Violeta. Esta misma tarde te traigo uno nuevo, ¿algo más?
Violeta negó contenta y un poco avergonzada. Había dudado de la inglesa sin que le diera ninguna razón para ello.
-No es ninguna equivocación Chiara. Señorita Hódar, el contrato es así. Si no le gusta, le invito a buscar otro trabajo-Soltó Lucas con prepotencia.
-Pero eso es ilegal- Le dijo Violeta enfadada.
-¿Y?
-¿Cómo que "y"? Voy al sindicato ahora mismo.
-¿Segura que quiere hacer eso? Yo no lo haría.
-¿Por qué no? Es ilegal, os puedo demandar.
-Piénsalo bien. Si nos denuncias quizás sacas una indemnización. Pero, ¿estás dispuesta a estar meses sin cobrar nada? Vas a esperar un juicio que tardará mucho en llegar. ¿Te lo puedes permitir?
Violeta se levantó enfadada, no se podía creer lo que estaba oyendo. Miró a Chiara esperando que esta hiciera algo pero tenía la cabeza entre sus manos y no decía nada.
-La cocina le está esperando.
Violeta se fue indignada a la recepción. Le dio el contrato firmado a Chenoa y le pidió el uniforme. Una vez cambiada, fue a la cocina. Aún estaba echando humo pero se decantó por saludar con una sonrisa a sus compañeros. El otro pinche de cocina era un chico joven de veinte años que acababa de empezar en la cocina, Martin. Violeta hizo buenas migas con él, era muy majo y estaba muy ilusionado.
La jornada laboral terminó sin ningún acontecimiento extraordinario pero aún así Violeta seguía furiosa con Chiara. No se podía creer que la chica que le había resultado tan dulce no fuese capaz de defender lo que estaba bien
Fue a recoger a la niña del colegio, tenían una reunión con la tutora del curso. Al principio, fue una charla agradable, la mujer se preocupaba por sus alumnos e inspiraba confianza. Sin embargo, al final les repartió una lista de material escolar que tenían que comprar y a Violeta se le cayó el alma a los pies, todavía no había cobrado y no sabía cómo iba a pagar eso. Empezó a barajar opciones y se figuró que lo mejor era llamar a Chiara y llegar a una solución con ella. Quizás podría trabajar horas extras. El enfado de esa mañana se le vino a la cabeza, pero no podía hacer nada por salvar su dignidad. Su hija estaba por encima de eso.
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Sweet nothing
RomanceVioleta Hódar tiene una hija que mantener y su único sustento es un bar cochambroso que acaba de ser vendido a unos ingleses desconocidos. Chiara Oliver es la heredera de una empresa millonaria, pero no todo es tan fácil como parece. Su madre la ti...