Reuniones

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Fucking jefe de Violeta.

Fucking Álex.

Fucking Denna.

Fucking Martin.

Repetía Chiara en su cabeza mientras tiraba del brazo de Alba a través del calor insoportable de Madrid. Hoy tenía la reunión más importante de la discográfica, después de tres meses de llamadas con inversores, negociaciones con el banco y contratos absurdos con abogados insoportables, por fin veía la luz al final del túnel. Esta era su última reunión antes de abrir oficialmente las puertas de su nuevo bebé y orgullo, Oliver 's records, en honor a su padre. Y justo hoy, Miguel, el jefe de Violeta le había llamado de improvisto para que cubriera un reportaje de emergencia en un barrio de mala muerte de Madrid al que jamás hubiesen permitido que Alba fuera. Habían llamado desesperadas a todos sus conocidos para ver si alguno podía quedarse con la pequeña, pero todos tenían trabajo. A principios de junio habían decidido que no hacía falta apuntar a la niña a un campamento, que podían coordinarse para cuidar de ella sin problemas. Pero hoy era el primer día de las vacaciones de verano de Alba y ya estaban teniendo problemas para conciliar el trabajo con ella.

Sunshine, escúchame bien—dijo Chiara nada más llegar a la discográfica, arrodillándose ante la pequeña.—Tengo una reunión súper importante con un productor muy importante. Todo es muy importante. Necesito que te quedes con Lara aquí hasta que salga y necesito que te portes bien, ¿vale?

Alba miró con una sonrisa traviesa a Lara y Chiara se sintió mal instantáneamente por su nueva secretaria. La chica miraba con una sonrisa tensa la escena, nunca se hubiese imaginado cuidando niños cuando consiguió trabajar con la importante Chiara Oliver.

—Alba, no. Conozco esa cara perfectamente. No jokes, nada de trastadas. Quiero que te portes bien, luego va a venir Mamá y vamos a ir a comprar cosas para la casa nueva, si quieres que te compremos cosas chulas te vas a tener que comportar.

La cara de decepción de Alba al ver frustrados sus planes contrastaba con la sonrisa ilusionada de la secretaria al escuchar la mención de Violeta. Chiara contuvo una sonrisa, la pobre Lara había tenido un pequeño o gran, según cómo se mirase, flechazo con la reportera. Desde que la conoció, cuando Chiara le enseñó la discográfica por primera vez, la chica había ido detrás de Violeta como un cachorro pérdido. Chiara se lo había dicho muchas veces a Violeta, pero la pelirroja estaba segura de que Lara solo sentía una gran admiración por ella.

—¿Violeta va a venir?

—Sí, en cuanto termine el reportaje vendrá a por nosotras e iremos a comprar los muebles para nuestra nueva casa.

Llevaban meses en el piso de Álex y Denna y por mucho que adorara a sus cuñados, odiaba el poco espacio que tenían todos allí. Las tres habían estado confinadas en la habitación antigua de Violeta, y habían tenido que pasar todo su tiempo libre dando paseos o yendo al parque para no sentir la claustrofobia que daba ese pequeño apartamento. Después de meses de búsqueda habían encontrado una pequeña casa en las afueras de Madrid que se ajustaba a su presupuesto, Chiara había querido pagarla con la herencia que su padre le había dejado, lo único que su madre no había podido quitarle, pero Violeta se había negado rotundamente, pagarían las dos juntas. La inglesa había cedido porque sabía lo mucho que significaba para Violeta, quizás en un futuro, cuando estuvieran casadas... Chiara negó con la cabeza, tenía una entrevista a la que asistir.

Sweetheart, me tengo que ir, ¿vale? Hazle caso a Lara.

Cuando salió vió que, efectivamente, no le había hecho caso a Lara.

La reunión había sido un éxito, Martí estaba encantado con lo que le ofrecían Juanjo y ella y no había dudado en unirse a ellos en cuanto comprobó de primera mano la pasión de la morena por la música y lo talentosa que era, tenía muchas ganas de trabajar con ella. Lo malo había sido que la reunión se había alargado un poco y, visto lo visto, Alba no había estado de acuerdo con eso.

Sweet nothingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora