Capitulo 4

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No era el más inteligente de sus peces y tenía una boca más rápida que su cerebro, pero, al menos, no iba a heredar los negocios de sus padres, pues esa tarea recaía en Wu Jian. Lo único que se esperaba de Wu Jin era que no molestara mucho, escuchara a su hermano mayor y se dedicara con éxito a lo que quisiera hacer.

Pero, teniendo en cuenta la pequeña carrera que se estaba haciendo en el mundo del espectáculo gracias a la propia empresa familiar, no era como si ese camino se le fuera a hacer muy difícil

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Pero, teniendo en cuenta la pequeña carrera que se estaba haciendo en el mundo del espectáculo gracias a la propia empresa familiar, no era como si ese camino se le fuera a hacer muy difícil.


Desembarazándose con un firme tirón de su brazo, se quitó la mano de Wu Jin de encima, dejando al joven con una expresión de sorpresa notable.


-Yo no soy esa mojigata pescadora. Revísate la vista- le espetó.


Y esas palabras solo parecieron sorprenderlo aún más, revisando el lugar debajo de su ojo derecho.


Aunque saber que era la gemela solo pareció sorprenderlo aún más.


-¿Li Shui?- preguntó, casi con miedo.


Pero ella solo le dirigió una sonrisa de suficiencia antes de darle la espalda y seguir caminando hacia sus padres, que, al notar que alguien se acercaba, alzaron la vista hacia ella.


Con una creciente satisfacción interior, pudo notar en qué momento sus actuales padres notaron su presencia, así como el momento en el que la contemplaron, percatándose de su vestimenta, haciendo que sus rostros se oscurecieran casi al mismo tiempo.


Su padre fue el primero que se movió hacia ella, seguido de su madre, que trataba de calmar a su marido para que no dieran un espectáculo público.


Pero el señor Li la tomó del brazo y, antes de intercambiar saludos, le dijo, con los dientes apretados:


-¿Cómo se te ocurre venir luciendo así? ¿Acaso has perdido la cabeza?


-Madre me dijo que tenía que venir para ocupar el lugar de mi hermana, así que, ¿qué mejor que mostrar sus encantos a todos aquellos que siempre la devoraron con los ojos?


El señor Li estuvo a punto de alzar una mano para golpearla, pero la señora Li se apresuró a detenerle.


-Cariño, en público no. Hay demasiados ojos mirando- le indicó.


-Además, todos esos ojos están felices con lo que ven. ¿Por qué sois vosotros los únicos que no lo estáis?


En Asia, parecía estar bien mostrar las piernas, pero lo que era el pecho estaba mucho peor visto, aunque no entendía muy bien a qué venía esa disparidad. El cuerpo era cuerpo, tanto por arriba como por abajo. ¿Por qué daba igual casi enseñar el culo, pero no los pechos?


Al señor Li empezó a cambiarle el color del rostro, poniéndose de un rojo escarlata, pero la llegada hasta ellos de otro de los invitados los detuvo.

Me convertí en la gemela villana de la novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora