Capitulo 47

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Después de compartir un breve beso, ya que ella lució tímida, mirando a su alrededor después de unos segundos de contacto, dejándole claro que allí podrían ser observados, Shanyun se hizo hacia atrás y tomó las gafas que Li Shan le tendió, aún mirando en otra dirección, como si la timidez no le permitiera alzar la cabeza.


-Perdona. ¿Te he hecho sentir incómoda?- le preguntó él mientras se colocaba de nuevo sus gafas, frunciendo un poco el ceño.


¿Cómo iba a ser posible que la mujer que permanecería a su lado se sintiera mal al ser tocada por él? Esa idea hizo que algo burbujeara en su interior, sintiendo una rabia creciente.


Pero ella se apresuró a negar con la cabeza, haciendo que sus emociones parecieran volver a la calma. Sobre todo después de escuchar lo siguiente que dijo.


-No. No es eso. Lo que ocurre es que... ese ha sido... mi primer beso- confesó, cubriéndose la cara con las manos.

Al menos, de forma oficial.


Debido al extraño y difícil equilibrio que debía mantener en China con sus peces, para que ninguno de sus conocidos se creyera más que los demás y dijera algo que no debía, jamás besó ni mantuvo nada íntimo con ninguno de ellos.


Aunque, por supuesto, eso no significaba que, mientras se encontraba fuera, no hubiera probado un poco más de la libertad que nunca pudo tener en casa.


Pero eso no podían ser palabras que salieran de ella delante de Shanyun.


Además, si ella lo consideraba su primer beso, ¿no tendría que ser visto de esa forma? Todo lo demás habían sido pequeños juegos absurdos que no llevaron a nada, pues solo lo hizo para experimentar.


Y una simple práctica nunca sería algo real, ¿verdad?


Ante su confesión, Shanyun, que tenía un fuerte deseo de posesión sobre todo aquello que quería, no pudo más que sentir como su corazón se aceleraba ante aquellas palabras, sintiéndose pletórico ante aquella información inesperada.


Su instinto le gritó que volvería a besarla allí mismo, la tomara y huyeran a algún lugar donde solo fueran a estar ellos dos para siempre.


Pero, de nuevo, una pequeña voz, esa que conseguía retenerle y evitar que su locura se desatara y que, actualmente, contaba con bastante menos poder que antes, consiguió hacerle ver calmado ante la situación.


Aunque no pudo evitar que se inclinara hacia ella, con una mano sobre su mejilla derecha, y besara su mejilla izquierda, disfrutando de la suavidad de su piel antes de obligarse a alejarse de nuevo.


-Será mejor que nos marchemos ya. Puede ser que te estén esperando en casa- le indicó él.


Aunque, en realidad, esas palabras fueron más para él que otra cosa, recordándose que había personas que buscarían a Li Shan si esta desaparecía sin más.


-Sí, tal vez deberíamos volver- asintió ella, obedeciéndole una vez más.


Durante todo aquel encuentro, Li Shan parecía haber tratado de hacer todo lo posible por complacerlo y verlo feliz, dejando claro que aquello no era solo una ilusión que él había creado, como le habían dicho antaño con aquella chica de su universidad que solo jugó con él. Li Shan realmente quería demostrarle cuánto le quería, deseando que la aceptara.


Con ese tipo de actitud, no se asustaría cuando sus formar de amar empezaran a emerger poco a poco, ya que le estaba demostrando que lo aceptaría todo. Si no, ¿cómo sería posible que le hubiera entregado su primer beso con tanta renuncia? Era más que evidente que su intención había sido darle el mensaje de que era suya.

Me convertí en la gemela villana de la novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora