Capitulo 29

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Li Shui caminó en cabeza, ya que, al haber hecho ella la reserva, fue la que habló con la metre, que fue la que revisó si su reserva estaba hecha y los condujo a una mesa cerca de las ventanas, que tenía unas buenas vistas de la ciudad de noche.


Allí, Shou se quitó la chaqueta, colgándola en la silla, dejando ver que, debajo, llevaba una camisa oscura que no desentonaba con el local.


-Parece que mi jie jie ha pensado en todo al querer cenar aquí- comentó Shou, mientras tomaba asiento.


-Por supuesto. ¿Por quién me tomas?- afirmó ella, alzando la barbilla.-También me han asegurado que aquí dentro no se permiten tomar fotos, a no ser que antes se pida permiso para ello, así que puedes quitarte la mascarilla tranquilo. Incluso aunque alguien nos vea, solo podrán rumorear sobre ello.


Ser famoso era una lucha constante contra los rumores y las fotos que fácilmente se podían malinterpretar por parte de los periodistas, que no esperarían escuchar la parte del fotografiado antes de subir un artículo para que la gente hablara.


Por supuesto, como en todas partes, habían periodistas más profesionales que otros. Pero, por lo general, todos buscaban ser los primeros en tener y publicar una noticia que acaparara la atención de todo el mundo. Así que, aunque salieran a la calle, alguien que era un personaje público tenía que tener mucho cuidado sobre dónde dar sus pasos.


Agradecido por poder quitársela, Shou se sacó la mascarilla, asegurándose de que nadie en las mesas vecinas reparara en él. Por cómo estaban ubicados, incluso aunque alguien mirara en su dirección, solo podrían contemplar su espalda, mientras era el rostro de Li Shui el único que era visible.


Un camarero llegó a traerles los menús, sin mirarles demasiado a la cara, demasiado bien entrenado para que no dijera nada que no se debiera mientras durara su turno de trabajo.


Pero, tan pronto como Li Shui tomó la carta, se percató de que muchos de los platos tenían nombres en francés.


A pesar de que conocía varios idiomas, tanto por su vida pasada como por esa, el francés no era un idioma que comprendiera del todo, así que, con su cara más disimulada, trató de descifrar algunos de los platos que no le quedaban claros.


Pero Shou, sentado frente a ella, no pudo evitar reírse al darse cuenta del esfuerzo que le estaba poniendo, mirando el menú.


Quitándole este de la mano, solo colocó el suyo sobre la mesa para que los dos pudieran verlo.


-¿Qué te apetece pedir? Yo te haré de traductor si te hace falta.


-¿Sabes hablar francés?- le preguntó ella, pareciendo algo asombrada mientras lo contemplaba.


-Un poco. Mis padres viajaban a diferentes lugares por trabajo, así que siempre me dejaron claro que los idiomas eran una parte importante, teniendo que usarlos muchas veces.


-¿Cuantos hablas?- le siguió preguntando ella, ya que había salido el tema.


Así que Shou se tomó un momento para pensar.


-Chino, obviamente- comenzó, pareciendo que tenía que pensar en ello.-Inglés, aunque más el dialecto americano que el londinense. Francés, italiano... Un poco de coreano y algo de ruso.


Y asintió, como si se dijera a sí mismo que lo había recordado todo bien.


-Pero... ¡esos son 6 idiomas!- casi exclamó ella, más que asombrada.


Aunque Shou era un tipo agradable, no parecía el típico que se esforzara mucho en los estudios. Y, sin embargo, ahí donde lo veía, sabía hablar 6 idiomas con solo 20 años recién cumplidos.

Me convertí en la gemela villana de la novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora