Capitulo 54

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Por su parte, Li Shan pasó una horrible noche.


Debido a los actos de su hermana durante la reunión, no dejó de sufrir pesadillas donde todo el odio que siempre fue dirigido a Li Shui, de repente, se volvía contra ella, mientras decenas de ojos la miraban con odio o indiferencia, hundiéndola poco a poco en lo que parecía un pozo de oscuridad del que no podía escapar, por mucho que se agitara y tratara de aferrarse a la luz con sus uñas.


Para cuando despertó, su cuerpo se sentía tan cansado y pesado que era como si no hubiera dormido nada y, al mirarse al espejo, se encontró con una horrible imagen de sí misma, observando un rostro cansado y ojeroso que casi no parecía ser el suyo.


A punto de lanzar un grito, se sentó delante de su tocador, más que dispuesta a pasar la mañana alli sentada, no abandonando la habitación hasta que el maquillaje lo arreglara todo.


No podía olvidar que William seguía en la casa y, si le ofrecía un tipo de rostro como ese, podría huir de ella y lanzarse a los brazos de Li Shui, que, a esas alturas, parecía incapaz de dejar de brillar bajo ningún concepto.


Se encontraba dándose los últimos retoques frente al espejo, mejorando su humor junto con la buena imagen de su rostro cuando fue precisamente William quién llamó a su puerta.


-Li Shan, ¿aún no te has levantado?- preguntó, desde el otro lado de la puerta cerrada.-Estaba esperándote para desayunar juntos.


-Un momento. Estoy terminando de vestirme- le indicó ella, usando un tono alegre que no se reflejaba en su expresión.


Después de todo, no podía decirle que estaba usando tanto maquillaje como su piel era capaz de resistir por soñar con su hermana gemela, así que, tras asegurarse de que era lo más perfecta que podía ser, se puso en pie y se dirigió a la puerta.


Al otro lado, en el pasillo, William parecía haber decidido esperarla, pero, al ver su aparición, una amplia sonrisa se abrió paso a través del atractivo rostro masculino, dejando claro que él no tuvo ningún problema durante la noche, amargando el estado de ánimo de Li Shan.


¿Cómo era posible que un joven fuera más brillante que ella?


Los buenos ojos con los que siempre había mirado a William desde que lo conoció parecieron amargarse un poco, pero, por supuesto, no dejó que nada se reflejara en su expresión. Por el contrario, le dirigió una sonrisa que pretendía ser igual de luminosa que la suya y bajaron juntos a desayunar junto a su madre, ya que su padre hacia tiempo que se había ido a la empresa.


El espectáculo montado por su hermana en la fiesta de los Li hizo que algunos inversores menores se retiraran al ver que perdían dinero en la bolsa de valores. Y, aunque Zhou Yun trató de ayudar para que los daños no fueran demasiado grandes, para la decepción de Wu Jian, aunque ayudó en un principio, dejó de hacerlo poco a poco, como si conforme creciera su desconfianza, más quisiera alejarse de ellos.


Mientras desayunaba, con un sonriente William sentado frente a ella, Li Shan pensó que tendría que hacerle una visita a este. O, en su defecto, sería más fácil embaucar al pequeño de los Wu.


Era inocente y llevaba siendo sometido a sus artimañas desde más joven, así que, si iba junto a él, a llorarle un poco, ¿no iría corriendo a su hermano para saber qué pasaba y a pedirle que los siguiera ayudando?


Aunque ella quería obtener el mejor resultado posible con su matrimonio, si la empresa familiar se arruinaba antes de eso, todos sus esfuerzos serían en vano, pues nadie querría unirse por un compromiso con una familia que se hundía.

Me convertí en la gemela villana de la novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora