Capitulo 38

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Para cuándo llegó el día del casting, Li Shui le comunicó a Baimei que podía ir sola al lugar.


-Pero... Xiaoshui, ¿de verdad no necesitas compañía?- le preguntó esta al otro lado de la línea, sonando más sueve de lo normal.


Era rara la ocasión en la que Baimei la llamaba pequeña Shui, pero, si por algún motivo quería que no se sintiera mal con ella, solía recurrir a eso, ya que creía que así lucía más adorable a sus ojos, haciéndole difícil la tarea de enfadarse con ella.


En esa ocasión, por la voz que había escuchado de fondo mientras hablaba con ella, sabía que se encontraba junto a Gang, pues podía escucharle hablar por detrás de ella, como si también estuviera hablando por su propio teléfono con alguien.


Sabía demasiado bien que Baimei era intensa cuando estaba enamorada.


En la mayoría de los casos, los hombres no aguantaron demasiado ese tipo de actitud de ella, pues dejaba claro lo que quería y cuándo lo quería. Pero Gang no pareció disgustado por cómo era, así que esperaba que las cosas les fueran bien a aquellos dos, a pesar de que Baimei rondaría a su alrededor de forma casi constante durante su relación.


-Sí, puedo ir sola a un simple casting. Pero eso sí. Como mínimo, quiero ser la madrina de tu boda- comentó, con una sonrisa en los labios.


Pudo escuchar una risa a través del móvil, ya que parecía que Baimei se había imaginado algo ante sus palabras.


-No adelantemos acontecimientos- le dijo en voz alta, como si hubiera dicho eso para que Gang la escuchara.


Pero no dudo en susurrar para decir lo siguiente:


-Pero te garantizo que si consigo llevarlo al altar, tú estarás en primera fila, lo más cerca posible.


El matrimonio y el hecho de formar una familia era un tema muy importante en la cultura asiática. Y, sobre todo, en lo que conocía de China. Después de todo, los padres solían insistir a sus hijos con ese tema cuando estos rondaban sus 20 años, como si al no estar casados antes de los 30 fuera la mayor pérdida que tendrían en su vida.


Baimei tenía 27 años, así que, desde luego, sus padres le habían sacado el tema más de una vez, del mismo modo que le organizaron citas a ciegas con personas que consideraban adecuadas para que estuvieran en su familia.


Y ella, aunque fue una princesa mimada en su casa, siempre estuvo enamorada de la idea del amor, así que nunca puso pegas para ir a esas citas, esperando que el príncipe azul que buscaba apareciera en alguna de ellas.


Sin embargo, el gusto de sus padres y el de ella era muy diferente.


Lo que sus padres consideraban un buen partido, para Baimei resultaba demasiado agotador o aburrido, ya que los hombres que conoció en sus citas se dedicaron a hablar de sí mismos la mayor parte del tiempo, lo que hizo que pocas citas prosperaran. Y ella, por su cuenta, no tuvo mucha suerte con los hombres sobre los que ponía sus ojos.


El que mejor había reaccionado ante su carácter, al conocerla, había sido el propio Gang, ya que, al ser tan callado y poco expresivo, tener a alguien como Baimei cerca le hacía tener mucha más presencia que por sí solo y ella parecía entender sus expresiones, por muy sutiles que estás fueran, resultándole interesante la idea de poder descifrarlo.


Habían mencionado de broma el tema de la boda, pero... una vez que su amiga se concentraba en un tema, ¿quién sabía hasta dónde era capaz de llegar?


Colgando la llamada, tomó el guión de la serie y, poniéndose una mascarilla, salió de casa y buscó un taxi.


Desde que el programa se transmitía por televisión, había mucha más gente que la reconocía al verla, incluidos algunos de sus vecinos, así que ahora debía de tener más cuidado.

Me convertí en la gemela villana de la novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora