No lo podía creer había llegado el día, me había pasado la noche en llanto mis ojos estaban hinchados y tenía una fuerte jaqueca producto de mi gran estrés. Se suponía que este sería el día más feliz de mi vida, pero no era así , no me casaba por amor sino por dinero y por la vida de mi hermano. –Es por el bien de todos Alicia – repetía una y otra vez esta idea en mi mente. Unos minutos más tarde tocaron a mi puerta era mi madre y toda una caravana de personas detrás las estilistas, costureras y modistas en menos de un segundo convirtieron mi recamara en un verdadero taller de costura. Por suerte Taima llegó así me haría compañía mientras me vestían, sería una de las damas de honor.
–Uf siento que estoy a punto del infarto – balbucee entre dientes, me dolían como jalaban mis cabellos para ese peinado.
–Que dices Alis no te escucho
–Nada importante Taima no te preocupes – respondí enfadada –Cambia ese carácter querida hoy es el día de tu boda – murmuró mi madre desde la otra esquina de la habitación.
Luego de una larga hora la cual me pareció medio siglo estaba lista, me mire frente al espejo estaba verdaderamente hermosa. El vestido era al estilo princesa muy elegante y favorecedor disimulaba levemente mis curvas, pintaba en mi una silueta muy fina, su tela era de organza y encaje sin tirantes y un escote pronunciado. El peinado había quedado perfecto era una mezcla de mi cabello suelto y recogido se asomaban algunos flecos rubios, la tiara deslumbraba y hacia la función de aguantar mi velo.
–Oh santo cielo estás bellísima hija mía
–Gracias madre – le respondí mientras me volteaba
–Hija tu madre te dará un último consejo antes de irte de esta casa, con el tiempo veras que esta decisión fue la más apropiada solo respeta a tu esposo y algún día llegarás amarlo.
¡Mi madre me daba un consejo wow! No lo creía, pero solo asentí con mi cabeza en señal de afirmación y acto seguido salió del cuarto. –Dice que amar y respetar tengo tanta impotencia Taima. –Tranquila amiga aquí estoy yo – trató de consolarme. –Lo sé, pero no deja de darme coraje.
–Vamos Alis ya es hora el auto está abajo es el momento.
–Vamos Taima – me levanté el vestido con mis manos y eché andar.
Había soñado con este momento desde que iba a la secundaria jamás me acerque a Alicia para conversar, pero la amaba en secreto y al fin al fin sería mi esposa. Mi impaciencia era mucha estaba ahí esperando a la novia con su vestido blanco miraba todo el alrededor el parque estaba genialmente decorado los bancos para los invitados uno detrás del otro dejando un pasillo por medio por ahí vendría la encantadora novia. El altar era sencillo pero hermoso estaba decorado con blancas gardenias y las más bellas rosas rojas, una mesa con dos sillas donde nos sentaríamos nosotros y del otro lado el juez que nos casaría con su libro de matrimonios. Mis padres, la abuela, mi hermano y cuñada ya estaban sentados en la primera fila y los de la familia de Alicia estaban reservados junto con ellos. Me daba mucha impaciencia verlos vacíos, también sabía que Alicia no quería casarse por eso pensaba muchas cosas.
–Y si se fugó? – pensé
–Vamos hombre que te pasa por que esa cara – pregunto Raúl dándome una pequeña palmada.
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Atada a tu amor
Teen FictionAlicia una Joven de 17 años es forzada por su madre a un matrimonio arreglado, dada las circunstancias tiene que aceptar sin reparos dejando atrás los sentimientos que tiene por un misterioso desconocido que le escribe cartas. Durante su matrimonio...