Habían pasado varios días desde nuestro regreso Alicia no decía ni una sola palabra de lo ocurrido en Nueva York, yo por mi parte no se lo mencionaba. Todo transcurría con normalidad, yo seguía durmiendo en el sofá y ella en la cama, aunque nos habíamos acercado mucho más luego de la muerte de sus padres y en el viaje, aún conservábamos las distancias. Ese día me desperté a las seis ante meridiano , me esperaba mucho trabajo en la oficina , fui a armario busque mi ropa entré al baño y me alisté .Ella dormía como un ángel , me acerque un poco más para observarla mejor , la tenue luz dejaba ver sus rasgos faciales a la perfección –Algún día comprenderás todo lo que he hecho – susurre casi imperceptible , ella se giro hacia el otro lado dándome la espalda –Hasta dormida eres bronca – volví a decir en voz baja mientras le daba un beso de despedida , me aseguré que las gavetas del escritorio estuvieran bajo llave y salí de la habitación. Ella despertó poco después, al abrir sus ojos y no verme se puso en pie fue hasta el baño, pero no me encontró, miró desde el balcón, pero tampoco me vio en el jardín. –Seguro se fue a la empresa – pensó en voz alta – y no se despidió de mi – añadió enojada y triste a la vez –un momento Alicia que dices, desde cuando te importa a donde y a qué hora se va Setur – dijo esta vez golpeándose la cabeza. Lavó su cara y bajó al comedor. –Deseas algo de desayunar señorita – preguntó Juana. –Si por favor, tostadas de pan integral y jugo de piña – respondió. –Enseguida envió a María con su desayuno señorita –Por favor pon la mesa para dos, Taima desayunara conmigo, en unos minutos llega. En efecto así fue, Taima llegó tomo el desayuno y ambas caminaron mientras conversaban y reían por los jardines adyacentes a la mansión, sus voces alegres se dejaban oír por todo el lugar, hasta las mismas flores caían rendidas ante tanta belleza. Los sirvientes las miraban y bajaban sus cabezas por respeto, ellas seguían caminando como si estuvieran camino al cielo, nada las distraía de su entusiasta conversación –Alis me tengo que ir – dijo Taima aminorando la marcha. –Por qué te vas tan temprano, quédate y almorcemos juntas – sugirió la otra. –No puedo amiga, quedé con Raúl a las once. –Oh Raúl, ya veo – expresó Alicia arrugando la frente –vale ve con tu novio. –No es mi novio aún – hizo una pausa – aunque ya –Aunque qué mujer habla sin rodeos – interrumpió Alicia –Aunque ya me lo llevé a la cama – su expresión facial lo decía todo. –Taima, Taima no cambias – suspiró – Raúl es buen chico no vayas hacer una de las tuyas – dijo arqueando una ceja. –Lo prometo, el de veras me encanta – dijo haciendo un puchero con sus labios. –No te demoro más, vete con tu amado. Se despidieron con un beso y Taima se fue alejando hasta perderse por el largo camino hasta la salida donde la esperaba su cita. Alicia dio media vuelta y se dirigió a los establos quería darle frutas a su caballo. Taima y Raúl se juntaron en el punto de encuentro justo a las once, ella estaba esperando con un ramo de hermosas rosas las más frescas y rojas de todo el bazar. –Taima quieres ser mi novia – preguntó él entregándole las flores. –Sí, sí quiero Raúl – respondió ella tartamudeando producto al nerviosismo. Él tomo su mano, la acerco y la besó con intensidad hasta quedar los dos sin respiración. Toda la tarde la pasaron juntos, ya era un hecho su relación ante los ojos de todos, a ella no le importaba que el fuera un chófer y a él no le importaba que ella fuera una niña impulsiva y mimada. El amor volaba cerca, a todos lograba alcanzar, sus alas agitadas se escuchaban en todos lados, como revoloteaba sobre Raúl y Taima, sobre mi y sobre Alicia que no hacía más que pensar en su primer beso en los días que había pasado junto a mí. Solo había algo que detenía lo que existía entre los dos, su estúpido y absurdo ego. Era una barrera inmensa la cual no dejaba que filtrara una gota de esperanzas, detrás de toda esa fuerte muralla estaba ella escondiéndose de algo inevitable de algo de lo cual ningún ser humano puede escapar, el amor. Este sentimiento es la fuerza más poderosa del mundo hace que todo gire a su alrededor, lo siente una madre por su hijo y viceversa, lo siente una persona por su mascota o lo siente una persona por su pareja, no importa cuántas veces te escondas o cuantas veces cierres las puertas él llega, llega sin pedir permiso y entra hasta el fondo de tu corazón haciendo que experimentes lo más doloroso pero lo más hermoso de tu vida, dejándote ese sabor agridulce por siempre. A veces fracasa a veces gana, pero quien no se da la oportunidad de conocerlo muere en vida.
ESTÁS LEYENDO
Atada a tu amor
Teen FictionAlicia una Joven de 17 años es forzada por su madre a un matrimonio arreglado, dada las circunstancias tiene que aceptar sin reparos dejando atrás los sentimientos que tiene por un misterioso desconocido que le escribe cartas. Durante su matrimonio...