Dama de Noche

Y..., ¿se acabo?

Colonia Vampira, Inglaterra.

Dos días después.

Lucas.

---Todos tenemos gente a la que queremos y la cual es nuestro deber cuida, todos sufriríamos con una guerra señor, se que llevamos muchos años enfrentados, pero hoy, mi alfa Amara y yo venimos a ofreceros la paz.---Solté, tranquilo, aun que en mi interior mis nervios me consumieran. Amara mira al rey vampiro, ella esta quieta, firme y empoderada, como siempre que tocamos temas peligros, su cabeza en alto denotando una clara advertencia.

Solo deseo que esto acabe, que el acepte y volver con mi Rubí.

---Es una gran propuesta señor, yo la aceptaría.---Amara hablo, con su voz erguida y fuerte para que todos la escucharan, ya que nos rodeaban guerreros y la corte imperial vampira, amenazantes ante nuestra visita.

El ambiente esta tenso, esperando una respuesta por parte del rey, inquietos y atentos a el, no hablaba, solo observaba a Amara. Quizás pensando en si es buena idea, quizás pensando en como matarnos, nadie lo sabe.

---Si.---Contesto al fin el rey, en su voz se notaba que no estaba de acuerdo, pero se veía obligado, éramos muchos mas lobos, le venceríamos y sus tierras serían destruidas, a mi parecer a decidido sabia mente, como lo haría yo y como lo haría Amara en su misma situación.

---Tengo una condición, que mis propiedades y limites, al igual que los tuyos no sean cruzados jamás por ningún lobo o vampiro. ¿Trato?.---El bajo de su trono, mirando fijamente a mi alfa, y sostuvo su mano en el aire esperando sellar el trato, y eso paso, Amara cogió su mano con gusto, mientras sonreía satisfecha, con su clara victoria brillando en sus ojos.

El rey derrotado y arrogante nos señalo la salida, dando a entender que ya era hora de que nos fuéramos, pero no antes de firmar el tratado, que ya listo tenia Misto sobre su mano junto a una pluma llena de sangre loba y vampira, se acerco despacio y con cuidado al rey, quien sin pensarlo dos veces lo firmo, dejando así sellado el pacto, ¿ cuanto durara?, ¿ cuanto estaremos en paz?.

Esas preguntas fueron lo primero que inundaba mi mente mientras cruzábamos las enormes puertas del castillo, había vampiros a nuestro alrededor, había por lo menos doscientos, en el aire se respiraba el odio que nos tenían.

Una vez cruzamos esas puertas no miramos atrás asta estar de vuelta en Grecia.

Casa de Amara, Arcadi, Grecia.

---¿Crees que respetaran las normas?.---Hablo Amara, se notaba preocupación en sus palabras.

---No lo se, sinceramente, estoy asustado.---Confesé, tenía miedo, mucho miedo, lo que mas me preocupaba era Rubí, se por experiencia que cuando las guerras explotan lo primero que intenta atacar el enemigo son a tu familia. Y Rubí era la única que yo tenía, mi impronta, mi amor predestinado por la luna.

Ella aun esta en Rusia, le gusto mucho la carrera de enfermería y decidió seguir estudiándola, me da pánico pensar en los posibles caos que se pueden llegar avecinar, ¿ y si están ya allí dañándola?, mi respiración se acelero.

Al ver esto, Amara se acerco a mi, y con las palabras de una líder dijo;---Vamos a mover la manada. Se que es imprudente, y que llevamos siglos viviendo entre estos valles, pero si no saben donde estamos será mejor.---Sinceramente eso me pareció una locura, en  la manada había por lo menos 400 lobos y otro 200 humanos. ¿Lo hará solo por su eclipse?.

Sinceramente no creo que eso sea justo para nadie. Cambiar la vida de un montón de personas solo por lo que uno sienta.

---No te gusta la idea, ¿cierto?.---Ella debió ver mi cara de desacuerdo, y mi ceno fundió, después de tantos años supongo que debe saber ya lo que esa expresión quiere decir.

---No me parece justo que muevas a todos de su vida, no sin un motivo bien justificado.---Dije, mi voz era firme, se que quizás no le guste escuchar lo dicho, pero mi deber como beta es este, cuidar de la manada y de ella.

---Lo entiendo, y llevas toda la razón.---Una lagrima callo por su mejilla, su rostro se entristeció y su voz sonó entre cortada.---No podre ir a Rusia, ya no podre verle, y a saber por cuanto tiempo, ahora que tengo su interés lo voy a perder.---Se sentó en la cama de la habitación en la que nos habíamos encerado para hablar tranquilo, ella temblaba y sus ojos no dejaban de llorar, entre sollozos continuo.---¿Que hago?.---

Rápidamente la abrace, yo no era solo su beta, era su mejor amigo, ella no se merece esto, pero...., ¿ cómo puedo ayudarla?.

---Y si...,hablamos con la manada, podemos dividirla, lo que quieran irse contigo a Rusia que se vallan, podéis alojaros allí y hacer un plan de defensa, solo por si acaso, los demás se quedaran aquí.---Insinué, esta su padre, que a liderado esta manada durante décadas, yo solo deseaba lo mejor para todos y su padre quizás podía dirigir la manada en su ausencia.

---No lo se, ¿ y si pasa algo y no estoy?, si eso sucede será mi culpa la muerte de personas, lo que debo hacer es comportarme como la alfa que soy y ser responsable, por mucho que eso me duela.---Ella contesto a lo que le plantee, su voz se torno fría y su expresión seria, ella aun lloraba pero su rostro no daba a entender lo que sus ojos delataban.

Siempre había tendido a ser injusta con ella misma.

Por mucho que me duela verla llorar, es lo que debe hacer, así que yo solo hare lo que mejor que se, acompañarla en su dolor y intentar que sea lo mas amenos posible.

---Creo que deberíamos dormir un poco.---Eso fue lo único que se me ocurrió decir, para así tal vez acallar su dolor un poco.

---Vale, ¿te quedas conmigo?.---Ella volvió a temblar, y su semblante volvió a entristeció, me dolía verla así.

¿Rubí estará bien?.

---Aun que..., creo que debería ir a por Rubí.---Susurré, intentando que quizás no se lo tomara mal, no quería dejarla tirada pero Rubí es mi mundo, y sin ella yo estaría perdido.

---Esta bien, tu ve yo iré a mi cuarto a descansar.---Se noto la desilusión en su voz.

---Lo siento, no quise hacerte ilusiones.---

---No, es tu deber, yo haría lo mismo sin pensarlo, buenas noches.---Ella se levanto, secando sus lagrimas,  dispuesta a salir de la habitación, ya en la puerta ella me dio una cálida sonrisa, una que denotaba un claro; <<Todo saldrá bien>>.

Antes de que se fuera dije; ---No te rindas, mañana yo te ayudare a ver la manera de estar junto a el, y encontraremos algo, estoy seguro.---Le mostré una cálida sonrisa mientras me dirigí a ella dándole un abrazo fuerte, intentando disipar un poco su angustia.

---Buenas noches.---Termine diciendo, mientras salía de la habitación.

Yo salí de la casa y me puse en marcha, no quiero que mi amada este ni un solo instante sola, ni uno mas. ¿Todo saldrá bien?.

¿Qué pasara con nosotros?

¿Viviremos en paz?

La paz se supone que a llegado, pero... ¿ como saber si es verdadera?.