Chico travieso

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Piso de Amara, Moscú

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Piso de Amara, Moscú.

Nicolas.

Estoy en su puerta, quieto, los nervios me comen desde la llamada, mi mirada se desvía  rápidamente hacia mi ropa la cual acomodo, en mi mano hay una amapola rosa, la compre para ella pero...., no se si es demasiado o quizá...., muy pronto, no se, necesito tranquilizarme.

Respira profundo Nicolas, venga, que no se note lo jodidamente nervioso que te a puesto al decir te que vengas a su casa, que me llamara a su casa puede significar dos cosas, una quiere sexo, que suele ser el 90 por ciento de las veces, o dos quiere volver  a estudiar, quizás esta triste, quizás me quiera decir algo importante o algo así, hago un penoso intento de respiración hondo que claramente no funciona, y solo sigo aquí parado como un inútil, venga llama, yo puedo.

Levante mi mano en dirección a la puerta pero fue inútil, no pude.

Mierda desde cuando eres tan inútil.

---Ah....---Fue lo único que salió de mi boca ante esta situación.

Venga vamos, que nunca emos sido de lo cagados.

Dios venga, puedo, volví a intentar llamar y tras un segundo pensando si hacerlo o no, lo logre.

La puerta se abrió dejándome ver su hermoso rostro, otra vez estaba vertida con un hermoso vestido de tirantes, pero al contrario de la ultima vez le mire el escote, intente que no se notara pero, sinceramente, estoy seguro de que si lo noto ya que rápidamente tras volver a recolocar mis ojos sobre los suyos me dio una sonrisa pilla, supongo que no le habrá molestado tanto.

Sus pechos no eran demasiado grandes, pero lo suficiente como para que se les marcaran y le hicieran un hermoso escote, su vestido esta vez era rojo, un rojo vino hermoso, la falda le llegaba por encima de las rodillas y se le ajustaba al cuerpo de una manera muy seductora, siendo mas estrecho por la cintura y anchándose en la cadera, siguiendo la hermosa figura de su cuerpo de manera totalmente natural, sus caderas eran anchas y su cintura pequeña, cosa que me volvió loco, y hizo que un repentino subidón de sangre me subiera por mi entre pierna.

Intente controlarlo desesperadamente, y gracias a dios, lo conseguí.

---Hola lindo.---Dijo ella, mirándome con sus hermosos ojos grises fijamente, de forma seductora, esta chica si que sabe lo que quiere, miro el tulipán, el cual le hizo sonreír aun mas.

Aun nervioso la saludo con un suave gesto de mano, dándole una pequeña sonrisa de medio lado,  me daba las gracias por el regalo, hizo un gesto con la cabeza para que pase y eso hice.

Ya adentro me guía hacia el salón donde cómodamente nos sentamos en el enorme sofá azabache de dos piezas, ---Y..., dime, ¿para que me as llamado?.---Mi voz sonó rota, nerviosa, casi insólita.

---Solo quería verte, se que ya es tarde, pero vengo de un viaje de negocios y no podía parar de pensar en ti...---Una sonrisa se escapo de sus labios.---¿Tan raro es para que pongas esa cara?.---Termino diciendo con duda, hablando de forma coqueta, como si jugara un juego.

Ella debió notar mi cara de sorpresa hacia sus palabras, ella jamás había sido tan directa conmigo, empezó a sonrojarse, como si realmente se acabara de dar cuenta de lo que a confesado, quito su mirada de mi fijándola en su teléfono.

Rei absorto en su rostro ya rojizo, sus ojos volvieron a fijarse en mi, pero esta vez con mas cuidado, como si tratara de ser menos directa.

---Entonces...---Mordí mi labio lentamente, ella clavo la mirada en ellos.---¿Si me echaste de menos?, yo ya pensaba que te ibas por otro mes, como ni si quiera me contestabas a los mensajes.---Hable en un tono burlón y sexi, dando a entender que el juego había empezado y que mis nervios y vergüenza acababan de abandonar mi cuerpo.

La valentía se apodero de mi y lentamente, tratando de no asustarla o ser imprudente, me acerque  un poco mas a ella. Su rostro enrojeció aun mas, ella no quitaba la mirada de mis labios y yo clave la mía en los suyos.

---Jamás te abandonaría, no gustándome tanto.---Volvió a sonreír, su voz se había adaptado a mi juego y sus palabras sonaron sexi y provocativas, so rostro dejo de estar rojo mientras lentamente levantaba la mirada hacía mis ojos y la volvía a llevar a los labios, tentándome, pidiéndome un beso. Sinceramente mi plan nunca fue negárselo.

Y así nuestro segundo beso sucedió, pero esta vez, un poco mas "caliente".

Mientras mi labios se movía suaves sobre los suyos pegue su cuerpo mas a mi agarrándola de la cintura y atrayéndola mas a mi, cosa a la que ella no se negó, su lengua se metió infraganti en mi boca y la mía le correspondió, poco a poco nuestros lenguas se unían cada vez mas fuerte y el beso se volvía mas salvaje, llenándonos de deseo.

Pero..., yo aun no quería esto, no asta formalizar.

Mi mano toco su rostro alejándolo del mío.---¿ Que pasa?.---Pregunto ella, su mirada se volvió insegura.

---No pasa nada, solo que..., esto se esta poniendo, como decirlo, caliente.---Calle, trague saliva y seguí.---Y yo...., quiero profundizar antes de tener sexo.---Solté, deseando que se lo tomara bien, no quiero que se piense que soy un santo por que realmente no lo soy, pero si tengo muy claros mis limites, y uno de ello es que no hay sexo sin relación.

---Bien, eso esta bien, entonces, lo siento.---Me contesto ella un poco apenada, le corte el rollo por completo.

Se separo un poco de mi y aparto la mirada hacía un lado, incomoda.

---No lo sientas, te aseguro que lo deseo mucho, pero no te quiero para el sexo, nada mas.---Dije, sujetando su barbilla y girándola suave mente para que sus ojos me miraran.

---¿Te gustaría tener otra cita?.---Sugerí amablemente, aun con un toque seductor, realmente me jode a verla parado, pero se que el lo mejor, no solo para mi, si no para ella, deseo que esto sea serio, realmente quiero ir muy enserio con esta chica, y quiero que nuestra primera vez sea algo mas romántico que sexo en un sofá, sin tener casi confianza, con el tiempo e aprendido que cuanta mas confianza mejor es el sexo.

---Claro que si.--Su rostro se ilumino y  una sonrisa volvió a surgir en su rostro.

Miro el tulipán apolado sobre la estantería y sonrío aun mas, no se en que pensaría pero fuera lo que fuera le encanto.

---¿ Cuando?.---Pregunto, aun sonriendo mientras sus ojos volvían a mirarme.  Esos ojos son realmente hermosos.

---¿Mañana?.---Pregunte.

---Si, ¿a las 9?.---Pregunto.

---No, a las 12.---Conteste, ella se intrigo, quiso preguntar algo mas pero antes de que lo hiciera la interrumpí. ---Vístete elegante, ¿si?.---Ella se intrigo aun mas, estoy seguro que ese sitio le encantara.

---Debo irme, tengo examen mañana.---Dije en un tono disgustado, realmente deseaba quedarme, supe por su rostro que ella también se disgusto, puso pucheritos y dijo; ---Vale, nos vemos mañana chico precioso.--- ella es tan tierna y guapa, una sonrisa se dibujo en mi rostro mientras nos levantábamos, ella abrió la puerta para despedirme y deposito un lento y suave beso en mis labios.

---Descansa.---Susurro a mi oído mientras sus labios depositaban un ultimo beso en mi mejilla.

Ya en mi casa solo pensaba en ella, en su cara, en su voz y en lo jodidamente enamorado que estoy de ella.

Cerré mis ojos cayendo en un profundo sueño.

Buenas noches chicos, ¿ que nos esperara mañana?.





Dama de NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora