Capítulo 26. Amor verdadero.

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Un estruendo los alerta. Chase se pone a la altura de los conductores para pedirles detenerse. De entre los árboles emergen figuras brillantes, caballeros de armadura gris y con telas azules. Reconoce el escudo de los Charming.

Flechas y espadas se entrelazan en el camino, las ruedas del carruaje comienzan a astillarse y los caballos relinchan aterrados. La princesa baja con temor y sostiene su costado, mira al suelo sus pies descalzos y nota las malas vestiduras que lleva.

─ ¡Apple, vete! ─ grita Hunter desatando a Sir Gallopard del carruaje.

─ Nosotros nos encargamos, princesa.

Apple trepa al lomo del caballo, este la reconoce al instante y cede al control. Con un firme golpe de talones, el caballo se lanza a seguir el camino con un trote veloz. El viento los acompaña y dejan la lucha al fondo. Se encuentra en un laberinto de sombras y luces proyectadas por los árboles, se aferra a la crin del animal. La última vez que recorría las calles del pueblo Charming era recibida con trompetas, banderas y multitudes, vestida con un gran vestido para estar en presencia de los reyes; ahora monta el caballo de su amada princesa, recientemente herida y sin la bienvenida de los monarcas.

En la emboscada, cada defensa era un intento desesperado por ganar tiempo para Apple.

El viaje había sido agotador, pero la adrenalina le había permitido llegar, temía derrumbarse a medio camino. En el fondo de su corazón agradece la presencia de Chase, quien apoyaba en la lucha a Hunter y Sparrow.

Desmonta del caballo, se tambalea ligeramente debido al cansancio que su cuerpo almacena. Sube las escaleras con pesar, pero mantiene firme su determinación de llegar hasta Darling. Golpea suavemente la puerta principal. Mira extrañada la ausencia de guardias en los accesos principales. Un nudo de ansiedad se forma en su estómago, la espera se le hace eterna, pero no podía hacer demasiado escándalo

La puerta es abierta por el mellizo de Darling, este la invita a pasar entre susurros. Él toma su espejofono para mensajear a Raven que Apple ha llegado. El príncipe levanta un candelabro y comienza a caminar hasta las escaleras de servicio con la princesa siguiéndole.

─ Ven rápido. Ella no ha despertado en ningún momento ─ le informa en voz baja ─ y mi padre se niega a aceptar que su respiración va cesando poco a poco.

El interior del castillo luce tenebroso. Mira la espalda del príncipe, lleva un pijama demasiado infantil para su edad, que es idéntica a una que Darling usaba solamente los domingos. Sin duda son mellizos.

─ ¿Dónde está ella? ─ pregunta con voz de urgencia.

─ En su habitación. Ha estado todo el día rodeada de médicos y algunos hechiceros de baja categoría. Nadie ha logrado nada, pero está en estado crítico.

Aceleran el paso corriendo por los pasillos del castillo, ocasionalmente se detienen para que la princesa se recupere. Dexter ofrece cargarla, pero el orgullo de Apple no le permite ser humillada de ser cargada hasta el lecho de su novia.

─ ¡Dexterous Charming!

Al otro lado del pasillo se planta el rey Charming levantando una vela que ilumina un lado de su rostro dándole un aire más intimidante. Dexter empuja a la princesa para ocultarla en su espalda.

─ Padre, no te interpongas ─ exige manteniendo el respeto ─. Ella ha venido para ayudar a Darling.

─ No puedo permitir que nada ni nadie ponga en peligro a mi hija nuevamente ─ dice totalmente inflexible ─ y mucho menos con la hija de Blancanieves. Esta chica ya causó mucho caos.

─ Su Majestad, no sé si me crea, pero mi amor por Darling es totalmente real ─ declara Apple saliendo de la espalda del príncipe ─. Puedo salvarla.

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