Se despide con un pequeño y fugaz beso que provoca pequeñas carcajadas en Apple. Darling se despide del resto con un gesto de manos.
Camina con paso decidido al bosque, no debían estar tan lejos de Ever After High. No había conversado demasiado con ellos desde la cena con su padre, y no es que le emocionara encontrarse con Daring.
Finalmente avista entre los árboles a Daring, quien blande su espada... contra Dexter.
El sonido característico del choque de espadas la llama. Ahora Dexter empujaba a su hermano contra un árbol, se movían con la gracia de un príncipe y con la precisión de guerreros. Darling se detiene a esperar a que termine su sesión de entrenamiento, solo por un momento se había asustado.
Nota a sus hermanos bastante sudorosos y cansados, jadean al filo de sus espadas, breves gruñidos se escapan de sus labios. Daring había dejado su chaqueta de lado, y las coronas reposan sobre unas rocas. Dexter había arremangado su camisa blanca y sus lentes colgaban de sus orejas amenazando con resbalar por el sudor.
En eso notan a su hermana al fondo, de inmediato bajan las armas.
─ Trabaja en el ataque, no solo te defiendas ─ comenta Daring limpiando el sudor de su frente con el dorso de la mano.
─ Ha llegado la maestra ─ dice Dexter saludando a su hermana ─. ¿Sucede algo, Darling?
─ El Torneo de Justas está cada vez más cerca.
─ Papá está especialmente emocionado este año. Tenemos que destacar ─ responde Daring mientras pasa un trapo por la hoja de su espada.
─ Nunca es suficiente ─ responden los mellizos.
La mandíbula del rubio se tensa un poco, pero de inmediato sus hombros caen y sus piernas tiemblan un poco. Se sienta en el pasto, junto a la roca que cuida su corona. Lanza la espada y mira a sus hermanos menores, sintiendo pena al ver a Darling acariciar la herida de Dexter.
─ Pesan mucho las coronas, ¿no lo creen? ─ murmura ─, y hasta las tiaras pueden ser una carga pesada... Perdoname, Darling.
─ Basta, Daring, no es necesario.
─ Les he fallado mucho, chicos ─ continúa lamentándose. Se levanta a la altura de sus hermanos ─. Darling, madre me ha pedido que escribas un discurso de iniciación para el Torneo.
─ Padre debe haberle metido ideas a nuestra madre. Ella ha estado atosigandome con llamadas y mensajes ─ dice ella un poco cansada ─. ¿Qué tan necesario es que vaya al Reino?
─ Podrían desheredarte, y la comida de Sir Gallopard no es barata, Darling ─ se burla Dexter.
─ Bueno, al menos podríamos ganarnos la vida con ustedes como bufones si no lo logran como caballeros.
─ ¿Qué hay de ti, Darling? Nosotros seríamos bufones, pero ¿y tú?
─ Una reina.
La respuesta fue tan inmediata que sorprendió a los hermanos Charming. No habían visto a su hermana tan ilusionada y determinada con su futuro.
Cuando eran pequeños, Darling siempre había deseado ser un honorable caballero, y a ojo de sus hermanos, parecía lograrlo. Darling había demostrado demasiada valentía desde que ella era quien revisaba si no había trolls bajo su cama y cuando alzaba su espada de madera contra las aves que perseguían a los niños. Pero era tan dulce como podían verla ahora, sonriente y segura de sí misma, aún podían ver en ella a la misma princesita corriendo descalza por los pasillos del castillo.
Y verla ahora, deseando gobernar, gobernar junto a su princesa destinada, deseando reinar. Eso era raro, viniendo de la chica que a sus quince años protestó en contra de los corsets.
ESTÁS LEYENDO
destined | darlpple
FanficExisten las princesas que están destinadas a otras princesas.