destined | darlpple

Capítulo 04. Wonderlianos, princesas y dragones.

A medida que regresan a los dormitorios con el miedo de haber superado el toque de queda, se encuentran a Faybelle por el pasillo.

La felicidad no podía durar tanto.

─ ¿Qué están haciendo por aquí? ─ pregunta Faybelle con tono desafiante, su mirada recorre a ambas chicas con suspicacia.

─ Solo regresamos de una caminata por el bosque ─ responde Darling con calma, no buscaba darle razones a Faybelle para crear locas teorías.

─ ¿En el bosque? ¿A estas horas? ─ murmura con malicia.

─ Pero ¿qué tal tú, Faybelle? ¿Cómo ha estado tu día? ¿Has visto a Briar?

Apple intenta desviar la atención de Faybelle, entendía el peligro que era esa hada oscura con tanto conocimiento en sus manos. Un apretón de manos es la despedida discreta que pueden darse. Darling se desliza y sube a su habitación con Rosabella.

Bajo la luz de una sola lámpara, Rosabella lee sentada en su cama, escuchando suaves melodías en su espejofono. Esta la recibe burlonamente.

─ ¿Y bien, Darling? ¿Cómo fue tu "paseo por el bosque"? ─ pregunta Rosabella con brillo travieso.

─ Al final no fue exactamente un paseo.

─ Oh, vamos, no me digas que no te diviertes manteniendo secretos, aunque agradezco tu sinceridad ─ dice con una risita ─. ¿O acaso fue un encuentro romántico?

─ Bueno, sí, me he encontrado con Apple en el bosque. Cupido le ha ayudado a encontrarme ─ comienza relatando tratando de mantener un tono casual, aunque la sonrisa nerviosa la expone.

─ ¿Cupido, dices? Eso suena a un giro digno de un cuento de hadas. ¿Y qué pasó entonces?

─ Nos encontramos ─ continúa, se esconde detrás del biombo para reemplazar su armadura por su pijama ─, hablamos un poco, y luego, bueno, nos besamos ─ sale, la confesión la hacía sentir un poco avergonzada.

─ ¡Por todas las hadas, Darling Charming! ─ suelta carcajadas que la obligan a soltar su libro.

─ Oh, Rosabella, vamos, no te rías ─ pide con pena.

─ Es hadalucinante. ¿Y cómo te sientes al respecto?

─ Me siento... bien. Esta tarde había colapsado de dudas, y ella logró darme una esperanza ─ se esconde debajo de las sabanas ─. Y es muy linda.

─ En serio que debes hablar con Raven, le encantará la noticia.

─ ¿Cómo es que a ti no te causa conflicto?

─ Soy hija de la Bella y la Bestia, Darling, a mi nunca me va causar conflicto que mi mejor amiga esté flechada por Apple White.

Poco después de las ocho de la mañana en un sábado tranquilo que pedía a gritos un poco más de tiempo en la cama. Darling se preparaba para salir mientras Rosabella disfrutaba de la comodidad de su cama, unos minutos más de descanso.

La hija de la Bella y la Bestia se sienta, alcanza sus lentes de la mesa auxiliar, frota sus ojos cegados por la luz de la ventana.

— ¿A dónde vas tan temprano?

Toc toc toc.

Mira a Darling, que no muestra intenciones de abrir la puerta. Rosabella se envuelve en una bata y mira por el visor de la puerta. Que sorpresa.

— ¡Hola! Pasa, pasa, adelante — exclama, abriendo la puerta sonríe burlona y regresa a tirarse a su cama.

— ¿Quien-? ─ comienza Darling, desconcertada por la visita inesperada.