Capítulo 11. Plan trazado.

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Gritos y gruñidos salen desde la garganta de la hija de Blancanieves, su expresión es un torbellino de emociones que revuelve toda la habitación. Raven alza la vista de su libro, aún sorprendida por el arrebato de su amiga.

─ ¿Por qué deberías estar en peligro por algo tan trivial como mi relación con Darling?

─ No es trivial, para nada. Su relación es algo totalmente revolucionario para los cuentos de hadas.

─ ¡Raveeeen!

Unos pocos gritos se escuchan por el pasillo, el par se mantiene expectante a la puerta, hasta que esta es abierta por Maddie Hatter, misma que se lanza a los brazos de Raven, detrás suyo le siguen Rosabella y Darling.

─ ¿Qué te ha dicho Grimm? ¿Te ha expulsado? ¿Nos expulsará? ─ pregunta la wonderliana nerviosa.

─ Tranquila, Maddie, eso no pasará. Solo ha dicho algunas cosas que son realmente cuentos de troll.

─ ¿Estás bien, Raven? ─ pregunta Darling con preocupación.

Raven asiente con una sonrisa tranquilizadora, aunque se percibe una sombra de preocupación en sus ojos. Ella siempre le ha hecho frente a Grimm, pero esta vez no le correspondía.

─ Uff, menos mal. Pensé que seríamos desterradas o algo así. No me imagino viviendo en el Bosque de los Olvidados.

Rosabella coloca una mano reconfortante en el hombro de Maddie. La pareja en la habitación se ve con temor y dudas, la situación ya las estaba sobrepasando.

─ Discúlpanos por esto, Raven, no es nuestra intención que el resto salga afectado por nosotras ─ dice Darling con pena.

─ Nadie tiene la culpa. Ni siquiera hay culpas ─ Apple expresa su molestia ─. Ni siquiera estamos contradiciendo al Libro de Cuentos Legendarios ni desafiando la genealogía Charming-White.

─ ¿La Reina de Corazones no puede ayudarlas? ─ pregunta Maddie de la nada. El cuarteto la observa con confusión ─ ¡La Reina de Corazones! Si Darling consigue el apoyo de ella, quien es una fuerte alianza para cualquier reino, nadie puede romper lazos con ella o ¡les cortarán la cabeza!

─ Que nos acepten por medio de la Reina Roja.

─ Darling ya ha fortalecido su relación con ella, solo tendría que volver al País de las Maravillas y pedirle respaldo ─ explica Rosabella.

El plan era descabellado, sin duda. Pero en momentos desesperados, medidas desesperadas.

─ Pero necesito una carta en la mano, es un juego arriesgado. Lizzie Hearts debe acompañarme.

─ ¿Otro viaje al País de las Maravillas? ─ pregunta Apple sin disimular su preocupación.

─ Pero esta vez no me involucraré en batallas de ajedrez ni guerras de naipes, iré por mera diplomacia. Es lo que cualquier princesa puede hacer ─ Darling intenta tranquilizarla.

La idea convencía a todas, excepto a Apple White. Si había extrañado a Darling durante su viaje de tres días al País de las Maravillas, pero su preocupación no era por su salud, aunque también iba incluido, temía de los tratos engañosos con la Reina de Corazón y de una guerra diplomática contra el reino de Blancanieves y el reino Charming. Estaban jugando con fuego.

─ Podemos organizar un pequeño viaje, solo dos días, y que sea después del Torneo de Justas. Con una cena con la Reina de Corazones, es suficiente para convencerla.

El grupo queda conforme, aún tenían tiempo para perfeccionar el plan, en dos semanas sería el Torneo de Justas, tres días del evento que tendrá ocupadas a muchas princesas y cinco días que Darling se ausentará de Ever After High para cumplir con su padre.

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