Días antes, observa a su alrededor, eran las seis de la tarde, pero la habitación luce fría y solitaria, contrasta con el rostro de la mujer de cabello negro como el ébano.
La mesa está ordenada con un lujoso mantel blanco y candelabros dorados, un gran tazón de manzanas adorna el centro de la mesa. La ornamentación y el detalle la agobian un poco, pero no se compara a la tensión que hay entre madre e hija. Sabía que no había ningún sirviente en ese nivel del castillo, su madre se aseguraría de ello, no permitiría que nadie se entere de los problemas de su manzanita.
En ese momento Darling estaría preparándose para su cena con Lizzie Hearts, con el motivo de negociar con la Reina de Corazones. Debían tener el apoyo de la princesa roja antes de partir al reino Charming al Torneo de Justas. Solo deseaba que todo saliera bien, tanto en la cena de Darling, como en la cena con Blancanieves.
La mujer fija la mirada en su hija, a simple vista Apple parecía ser perfecta, pero Blancanieves no lo consideraba así. Apple necesitaba lentes para ver bien, eso lo agregaba a su lista de defectos; no tiene un príncipe destinado, otro defecto; es rubia, uno más. Ver a su hija, era como ver cientos de cruces alrededor de ella, de solo imperfección. Le lanza una mirada de desaprobación y carraspea antes de hablar.
─ Es un placer que estés aquí, hija mía. Teníamos un tiempo sin vernos, ¿no?
─ Desde el día de padres. Supongo que nuestras preocupaciones no nos han permitido reunirnos con anterioridad.
─ Pero siempre hay tiempo para las cosas que realmente importan.
Apple es juzgada, sabía que había entrado a un juicio donde su madre es la juez y ella es la acusada, dispuesta a señalar cada cosa mal en ella y sentenciarla a un castigo o condena. Y si Blancanieves no es su juez, es su verdugo.
─ He oído rumores, manzanita. Rumores sobre ti y de la joven Darling Charming. Me preocupa que estés dedicando tiempo a... distracciones ─ intenta disimular su hipócrita elección de palabras.
─ Es mi amiga ─ dice con pesar.
─ Amiga. Claro. ─ finge credulidad ─ Querida, las apariencias son importantes, tu apariencia es importante. Cuídala. La gente espera ciertos comportamientos de nosotras, especialmente de ti, la próxima Blancanieves.
«La próxima Blancanieves. Miente» piensa con coraje. ¿Cómo podría atreverse a decir que será ella?
─ Sé cuáles son mis deberes y responsabilidades. No estoy haciendo nada malo.
─ Se trata de lo que es mejor para ti y para nuestro legado. Tu futuro está destinado a algo más grande. Algo más apropiado. Eres mi princesa, mi heredera, eres una joven promesa.
Apple suelta el tenedor, su apetito ha desaparecido. ¿Más grande? ¿Más apropiado? ¿No podría ser más grosera?
─ Supongo que te refieres a lo que tu consideras apropiado, madre ─ exclama con indignación y coraje.
─ Quiero protegerte.
─ ¿De mí misma?
─ De las decisiones que podrían arruinar tu futuro. Representas algo grande.
─ ¿Representar qué, madre? ¡Todo es falso! Tú lo sabes, no soy perfecta, no soy Blancanieves. Deja pensar que soy débil por querer a alguien.
─ La niña Charming no es adecuada para ti, ni como amiga y mucho menos como algo más. ¡Hay repercusiones! ─ exclama desesperada ─. Ella jamás será aceptada como algo más para ti, no es nada convencional esa relación. No encaja contigo.
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destined | darlpple
FanficExisten las princesas que están destinadas a otras princesas.