1. It's very different
El trueno que cayó a pocos kilometros de aquí me despertó con el corazón latiendo deprisa y una cama vacía en medio de una habitación oscura y solitaria. Divisé la débil luz de la luna llena colándose por la rendija de la ventana cerrada, afuera llovía a cantaros, era una tormenta eléctrica como nunca antes había visto en esta zona de Tailandia.
Me levanté, coloqué la manta sobre los hombros y busqué mis pantuflas de ovejas, esas que Kim tanto amaba verme, no lo encontré en ningún lugar, no en el estudio del segundo piso, no en la que era la habitación de Jael, no en la sala de estar, así que bajé, el primer piso estaba desolado, encendí la lampara de las escaleras y luego la del pasillo que colindaba con el recibidor principal y el salón de visitas, él no estaba. Dude en llamarlo en voz alta porque algo me decía que no estaba en la casa pero, ¿a dónde iría a esta hora?
Me tumbé en el sillón de cuero negra y miré el piano de cola negra, seguramente... quien sabe, está por ahí, merodeando por los linderos de la casa, pero afuera llovía y Kim odiaba la lluvia, al menos eso me dijo hace porqué debido a que ahora le daba mucho frío y no le gustaba sentir sus manos y pies fríos, decía que era una sensación incómoda. Comencé a estresarme, él nunca desaparecía, quizá Macao sabía algo aunque lo dudaba, Kim y él solo se hablaban para lo necesario, aunque ahora llevaban una relación más... comunicativa y sin insultos de por medio, los dos estaban avanzando pero no era para tanto, no se encontrarían en medio de la noche a solas.
Llamó mi atención la lampara... comenzó a titilar, ¿era por el flujo de electricidad? me incorporé mirando la lampara, entonces explotó y yo me tapé la boca con las manos para no gritar, eso no fue lo peor, las demás lamparas hicieron lo mismo, para ese momento yo ya estaba de pie en medio del salón, de la única forma que esto sucedía era cuando había presencia paranormal, y... y Kim ahora no estaba, eso quería decir que... ¡¿Korn?!
– ¡Se que estás aquí y no te tengo miedo! – grité apretando la frazada alrededor de mis hombros – ¡¿Donde está, Kim?!
Nadie respondió, pero las luces dejaron de titilar y ahora solo estaban encendidas... miré en varias direcciones, definitivamente había alguien en la casa, observé la puerta más cercana para huir, quizá si tomaba el auto y conducía a casa de Macao podría averiguar que estaba sucediendo, si invoco a Jael o... y empecé a correr hacia la puerta dejando la cobija tirada sobre al alfombra, había olvidado que iba descalzo.
Abrí la puerta y grité tirando mi cuerpo hacia atrás de un empujón violento, pero Kim me recibió con ambos brazos en mi cintura.
– ¡Chay! – exclama atrapándome – ¿A dónde ibas, ángel? –
Rápidamente me enderecé en sus brazos, lo miré fijamente – Tu... tu te habías ido y comenzaron a pasar cosas extrañas – conté rápidamente. Kim organizó mi cabello meticulosamente con los dedos mientras entrábamos a la casa y él cerraba la puerta, empujándola con el pie. Llevaba algo en una mano, parecía una caja blanca.
– ¿A dónde estabas? – pregunté bajo sus caricias, se sentía extraño...
Me concentré por un momento en él, Kim... Kim se sentía diferente, algo conocido por supuesto, pero diferente al ser que se acostó conmigo esta noche después de hacer el amor, miré su rostro... sus ojos estaban negros, profundamente negros, labios colorados... y piel blanca, su piel... estaba un poco más fría, puede ser por la lluvia porque su cabello estaba mojado, pero....
– Kim... ¿qué pasó? ¿Que te paso? – pregunté viéndolo, sabía que había algo "anormal" en él.
– Ven, vamos a sentarnos – pide tomando mi mano, definitivamente había algo diferente. – No me mires así, soy solo yo.