16. You're the love of my life
– ¿Kim...?
Era Jael, su voz se escuchaba como debajo del agua... tan lejana... me pesaba el cuerpo, y me dolía las costillas, identifique un aroma diferente... ¿qué era? También sentía frío, mucho frío... mi piel se sentía tan sensible... nunca antes me había sentido de esa manera, traté de parpadear para poder abrir mis ojos... y lo hice después de un momento, me pesaban...
Ante mi estaba Jael, tenía una suave sonrisa en los labios... ¿donde carajos estaba? Miré a mi alrededor, tenía un catéter en mi mano que estaba conectado a un bolsa con líquido trasparente... traté de moverme pero gemí, mierda...
– Kim, estás débil – dijo – Tuve que llamar a un médico para que...
– ¿Qué? – mi voz salió ronca – ¿Medico?
Jael suspiró – Eres humano, Kim... tus heridas fueron muy serias, necesitabas un médico, pero eliminé sus recuerdos cuando se marchó.
Estaba en la casa de Jael y mía, en mi habitación... era cierto, mi puta vida se redujo a esto... vulnerable, frágil... carajo. Entonces, a mi cabeza llegaron todos los sucesos acontecidos en las últimas horas...
– Chay – musité, comencé a respirar pesado – ¿Dónde está Chay?
Jael caminó a mi lado y colocó sus manos en mis hombros empujándome de nuevo a la cama.
– En mi habitación descansado, no ha despertado – se sentó en la orilla de la cama – Pero estará bien, logré extraer la sangre de demonio, y... la energía angelical que le quedaba la consumió al sacarlos del infierno...
– ¿El... él es...?
– Humano – asintió – Como tú.
Cerré los ojos – Siento todo... cada célula... escucho mi puto corazón, Jael... – lo miré – Me duele como el infierno el cuerpo, esto es una mierda...
Jael asintió – No puedo imaginarlo, pero están a salvo... Korn se marchó.
– El hijo de puta nos engañó – dije – Ni siquiera lo pensé, solo necesitaba salvar a Chay...
– Entonces, ¿valió la pena? – preguntó – Ser humano.
Miré mis manos... tenían un color... claro pero podía ver la sangre adentro de las venas violetas.
– El está vivo, siempre valdrá la pena – dije – El infierno estará mejor sin mi.
Jael soltó una risa – No seas estúpido, de hecho, te extrañaré
– Bueno... no me iré de aquí, así que... – ambos sonreímos – Vigila a Korn.
– Lo haré, y en el momento que pueda, lo mataré –
Negué – Te iría mal, ahora tiene mis putos dones... el maldito es intocable – exhalé, arrugué el ceño – ¿Qué es esto...?
Me miró.
– ¿Qué?
– Siento algo aquí... como que arde – señalé más arriba de mi abdomen
Jael soltó una risotada – Creo que es hambre – se colocó de pie – ¿Qué quieres comer...?
– Yo que se, nunca he comido por placer – repliqué
– Te traeré un sándwich, le diré a Macao que prepare, él cocina bien –
Ahora entendía porque los humanos se ponían de mal humor... por tener hambre, era desesperante.
Lo vi salir de la habitación y respiré profundo... Palpé mi paladar con la lengua... todavía sentía el sabor metalizado de la sangre. luego tragué... la saliva paso espesa... toque mi pecho... de verdad allí había algo latiendo. Sentía la tibieza del aire acariciar mi piel. Que raro era esto...