8. It was like a wave

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8. IT WAS LIKE A WAVE

Kim y yo nos mezclamos entre las personas, descubrí que había de todo tipo de nacionalidades: Española, Portuguesa, Italiana, Francesa, Inglesa... me sorprendí del número desmesurado de personas que podía alabar a un demonio en un lugar tan católico como lo es este país.

Resulta que cada vez que Kim hace presencia en alguno de sus grupos de seguidores, hacen una enorme reunión... mi niño interior seguramente debe de estar escondido debajo de la cama ocultándose de todas estas personas.

Vi como todos miraban a Kim con anhelo y respeto, me sentí chiquito a su lado porque también recibí miradas curiosidad, y por supuesto, las aterradoras y críticas de Amelia y su "adorable" familia de lunáticos.

La mayoría se acercaban a Kim pero guardaban sus espacios, era el agasajado y por supuesto tenía toda la atención, le preguntaban como se sentía, como lo había tratado Italia, cuando se marchara de nuevo... Cosas extrañas, como si estuvieran hablando con una celebridad y no con el príncipe del infierno, lo que por supuesto me resultaba más consternante.

– ¿Por qué todas estás personas te aman? – pregunté en un susurro inclinándome hacia su lado

Kim había tomado una copa de champan para él y me había extendido una a mi que hasta ahora no me había atrevido a tomarla, desconfiaba de todos aquí, Kim siendo demonio no le sucedería mayor cosa... pero yo soy parte humano, y no estoy seguro de que estas personas sientan respeto por mi... al parecer, era un desconocido.

– Porque les he cumplido peticiones – respondió Kim, lo vi sonreír contra la copa de cristal – ¿Ves a esa persona de allá? El hombre de traje azul...

Asentí rápidamente.

– Es el ministro – comentó – Gracias a mi "ayuda" consiguió que su compañía política fuera impecable.

Alcé las cejas, miré a Kim con los ojos bien abiertos – ¿El ministro de Italia? – jadee

– Si – Kim inhaló – Angel, la mayoría de tus ídolos famosos han hecho algún pacto conmigo para tener fama y dinero ilimitado.

– ¿Sacrifican su alma por dinero? – pregunté, aterrado.

¿La humanidad era así de vacía?

– Si – Kim se bebió de un solo trago la champaña – Incluso sacrifican las de sus familiares y amigos.

Oh Dios mío... por supuesto que había escuchado habladurías de la prensa en cuanto a la fama de los artistas más ricos del mundo, había escuchado todo tipo de barbaridades que hasta ahora no creía. No puedo negar que enterarse de todo esto... es agobiante. ¿Como podían hacer algo así?

Vi que Kim soltó una pequeña risa – ¿De verdad vas a juzgar a todas estas personas, ángel? – preguntó, lo miré sin entender.

– ¿No fuiste tu el que sacrifico el alma de Macao? –

Una patada en las pelotas hubiese dolido menos.

– Es diferente, Kim – repliqué sintiéndome mal – Lo hice porque lo necesito conmigo.

La mirada de Kim se opacó – No, lo hiciste porque eres un egoísta – soltó de pronto – Lo hiciste porque no podías soportar el hecho de que tu amigo muriera por tu culpa.

– Pero...

Kim negó – No disfraces la culpa de buenas intenciones, cariño – dejó de mirar de repente.

Las palabras de Kim hicieron corto circuito en mi cabeza, mi corazón se sintió tan pequeño... no podía discutirle, no podía mentirme y mentirle a él que podía mirar dentro de mi, claramente sentí culpa cuando Macao llegó muerto... cuando vi su cuerpo sin alma, no podía resistir una cosa así... no podía... y gracias a eso lo sentencie a una eternidad en el infierno después de su muerte... ¿Como iba a poder vivir con algo así?

A CANDLE TO THE DEVIL - KIMCHAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora