3. Angel
– Así que... ¿Quieres que me comunique con el monje Oppo por medio de la tierra de su tumba? ¿Hablas enserio, Kim? – preguntó Jael viendo con incredulidad la tierra debajo de sus botas. – Han pasado siglos...
La verdad había pasado dos siglos desde entonces.
Me encogí de hombros – ¿Y? No importa que tiempo pase, sabes que una parte del alma siempre estará conecta al lugar donde fue enterrado su cuerpo –
– Lo que no entiendo es que... si quemaste el templo con todos los monjes y monjas en él, ¿por qué salvaste a Oppo? – preguntó Jael cruzándose de brazos.
En aquel entonces, Oppo era diferente a todas las personas, lo recordaba como alguien intelectual, abierto de pensamiento lo que para esa época era una aberración, y sin embargo, a pesar de que era un monje budista, definitivamente era una persona sin tapujos, quizá me apiade de él.
– No merecía esa muerte – di mi explicación sin querer darla, Oppo siempre fue una persona que permaneció como un secreto hasta ahora – ¿Podrías solo hacerlo? Quiero ver a Chay.
Había enterrado el cuerpo del monje Oppo en un sitio lejano a la iglesia, a unos cuantos kilómetros al sur del pueblo, en una zona montañosa y llena de arboles, a él le gustaba la vegetación y una vez me dijo que si moría desearía que su cuerpo fuese enterrado junto a un enorme árbol de manzanas, y lo hice, solamente que ese árbol ya no existe. Jael se puso de cuclillas, cerró los ojos y tocó la tierra con sus dedos, la manipuló durante un segundo.
– No hay nada – dijo levantándose y sacudiendo sus manos – Se siente en paz, pero ya no hay conexión de este lugar con la persona.
– ¿Estás completamente seguro? – pregunté
Jael asintió – Creo que Oppo se marchó hace mucho tiempo – respondió – De cualquier modo, Kim, si la iglesia tiene algo que ver con Porchay... quizá debemos revisar más a fondo ¿no crees?
Negué ligeramente – Ya lo hice – apunté, miré la copa de los arboles – No hay nada físico que me sirva, pero... si esos imbéciles que me trajeron aquí con la sangre de Chay escogieron ese lugar debe ser por algo.
– Yo... estuve pensando en algo – dice Jael mirándome – No se si te guste pero creo que es una forma de comprender el pasado de Porchay.
– ¿Qué es?
– Buscar a su padre biológico – respondió
Esa idea ya la había analizado, pero no había tomado una decisión debido a que Chay no estaba de acuerdo traer a una persona que nunca estuvo a su vida nuevamente, y aunque perfectamente puedo meterme en su cabeza, se que por más que le de ideas a Chay que todo estará bien, nunca aceptaría.
– El ángel no quiere saber nada de su padre ¿verdad? –
– ¿Ahora eres adivino? – pregunté girándome para empezar a caminar – Vámonos de aquí, perdí mi jodido tiempo.
Jael me siguió – ¿Entonces es así? ¿Él no quiere? –
– Cuando lo mencioné no le gustó la idea – comenté –
– ¿Pero no crees que sea buena?
Me detuve en el auto y apoyé mi espalda en el – Realmente si, también he pensado buscar a su padre biológico, se que él sabe más del ángel caído que tuvo a Porchay.
– Quizá si sabemos de quien se trate... – Jael se cruzó de brazos – Yo podría ir.
– ¿A buscarlo?