4. It's no diferent.
PARTE NARRADA EN TERCERA PERSONA.
El cielo era una pequeña fracción de lo que sentían cuando estaban juntos.
Chay pudo deducir que el sexo con Kim no cambió, seguía siendo increíble, demasiado bueno y demasiado pasional, sin embargo, si había algo diferente al final de todo y era ese aura que rodeaba a Kim, lo sentía diferente incluso sin tener sus dones, podía sentir como se apoderaba de su propio ser, podía sentir como en cada embestía Kim derramaba esa maldad impura que sobrellevaba desde hace mil siglos sobre los hombros, podía sentir el cambio, pero... maldita sea era demasiado bueno para ser verdad.
Comenzó con besos, por supuesto que, los besos eran los que más disfrutaban antes de hacerlo, sentía que su conexión crecía y crecía, hinchaba su organismo completo y su sistema quedaba drogado en una atmósfera de completo placer, ¿como es que se podía sentir una cosa como esa? No lograba comprenderlo todavía, el mundo y sus... complejidades armoniosas en todo caso.
Pero era diferente, claro que lo era, Chay podía sentirlo en el ambiente, el aura de Kim era pesada, lo asfixiaba pero anhelaba más, incluso sin llegar a importarle si moría justo después de eso, quizá porque todo en Kim lo atraía como a una polilla a la luz. Cuando comenzó a tocarlo podía sentir la conexión que una vez sintió cuando lo conoció, ese lazo inquebrantable que dolía en el fondo pero era adicto a él como nada más, ahí estaba... Kimhan, el demonio que conoció y del que se enamoró, nada había cambiado.
Y sin embargo, logró distinguir la pureza de sus sentimientos y de como se sentía con él sin su don, Chay ahora era "humano" no tenía el aura celestial que se compaginaba con el aura demoniaca de Kim, así que mientras el demonio de sus ojos lo besaba por todo el cuerpo arrancándole suspiros y gemidos comprendió que lo que sentía por Kim (aunque nunca lo había dudado) era realmente genuino y no producto de un lazo mágico, algo por lo cual una vez, sintió pánico.
– Sabes demasiado bien – ronroneó Kim contra la piel de su abdomen.
Chay sonrió cerrando los ojos, podía sentirlo todo, como si sus células se amontonaran en un solo lugar, como si sus nervios se unieran en una misma zona para sentir absolutamente todo de una forma más potente, se sentía abrumado y no quería que ese sentimiento se detuviera jamás.
– ¿Cómo se siente? ¿como lo sientes tú? – preguntó con voz airada.
Kim mordió el interior de su muslo – Como estar en el cielo, debe ser así como se siente – respondió con convicción.
Chay no dudo ni un segundo de que así debería sentirse estar en el cielo, al menos esperó que así fuera. Por supuesto que se detuvo a pensar en lo que sucedería después, ¿qué decisión tomaría con respecto a su vida y la de Kim? Si él no tomaba su don, ¿qué pasaría realmente? Mientras Kim lo adoraba como solo él sabía, se imaginó un mundo como en el que habían estado viviendo hasta ahora, se había enamorado de la idea de envejecer al lado de Kim, de adoptar pequeñitos que hicieran su vida adulta más alegre y acompañada, de besarlo todas las noches antes de ir a dormir, de ver muchos atardeceres juntos y de tomarse de la mano sin pensar en que algo malo y cruel sucederá al día siguiente...
Pero después de esa noche sabía que nada volvería a ser igual, que aquellos sueños habían quedado eclipsados y no podía culpar a Kim, desdeluego que no, conoció a Kim en extrañas circunstancias, él jamás fue una "persona" normal, era adoptado, no tenía familia realmente, la única que tenía se deterioró, Porsche se marchó después de todo lo que sucedió y la única persona que tenía en su vida era Kim... el miedo de perderlo se sentía palpable.