23.Pídele salir.

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Carlos Sainz 🌶️✨.

Solté un suspiro y abrí mis ojos, sentí un leve peso sobre mi pecho, aún un poco desorientado y algo aturdido por el sueño, bajé mi mirada hacia mi cuerpo.

Jade dormia tranquilamente con su cabeza apoyada en mi pecho, uno de sus brazos estaba rodeando mi torso y una de sus piernas se encontraba alrededor de las mías.

Solté una risa, traté de reprimirla para no despertarla, pero me fue imposible, Jade parecia un koala aferrándose a su árbol, era adorable.

Miré la hora en el reloj de pared que tenía enfrente de la cama, marcaba las 7, había quedado con Caco, mi primo, a las 8.

Bufé con molestia, mi brazo, el cual sostenía a Jade agarrándola por la cintura, inconscientemente la acercó más a mí.

Si por mi fuese, me quedaría todo el día así, acostado en la cama, con ella, sin que nadie o nada nos interrumpiera o molestara.

Pero por desgracia no iba a poder ser así, Caco, que aparte de ser mi primo, también es mi representante, queria hablar conmigo sobre mi futuro.

Aún no se lo he contado a Jade, ni tampoco se ha hecho público, pero Ferrari no me renovará el contrato, tenemos que estudiar las ofertas y sitios libres que puedan ofrecerme.

No es algo que me entusiasme, pero es necesario.

Miré de nuevo hacia abajo, adoraba ver a Jade tan tranquila, durmiendo pacíficamente sobre mi sin que nada o nadie la molestase.

Solté una pequeña risa, traté de hacerlo en silencio, pero no pude, como consecuencia ella frunció ligeramente el ceño y soltó un suave suspiro, abriendo sus ojos lentamente.

Era adorable, para que mentir, verla despeinada, con su cara ligeramente hinchada por dormir, sus ojos entrecerrados analizando el lugar y tratando de acostumbrarse a la luz que ya era notoria en la habitación por culpa de las ventanas.

La miré a sus ojos, me gusta mirarle a los ojos, son preciosos, ella a veces dice que no le gustan, pero yo con tan solo verlos puedo perderme en ellos, uno de un marrón que cualquiera diria que es común, pero siendo ella quien los lleva siempre serán unicos, y el otro, de un color verdoso, como una piedra jade, haciendo referencia a su nombre, me tenían completamente loco.

Podría mirarle los ojos todo el día, y no me aburriría.

—Buenos días, bella durmiente—Sonreí, dejando un beso sobre su frente.

Ella murmuró algo poco entendible, aún lejos de estar completamente despierta.

—Buenos días—Soltó un ligero bostezo, para luego frotar sus ojos lentamente y con cuidado.

Me quedé en silencio, aún disfrutando de su compañía, dibujando diferentes patrones con mis dedos sobre su cintura.

—Ayer te quedaste dormida a mitad de película, y luego eras tú quien me amenazaba para que no me quedase dormido—La molesté un poco.

Ella sonrió y asintió.

—No puedes echarme la culpa por eso, eres una almohada muy cómoda, por si no te lo dijeron nunca.—

—Me han llamado muchas cosas, pero nunca que era una almohada cómoda, sientete halagada de que lo tome como un cumplido, princesa.—

Jade soltó una pequeña risa, giró su cabeza hacia el reloj de pared, puso una cara de molestia al ver la hora.

—Es muy temprano aún—Murmuró, quejándose como una niña pequeña, algo que me pareció adorable, de nuevo.

—Son las 7, tampoco es tan temprano—

Red [Carlos Sainz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora