Día 28 : Subasta

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Primeramente, una disculpa, tuve visita y no logré subir el capítulo a tiempo; por lo que hoy traeré doble actualización.

Espero que esta historia sea de su agrado. 

De antemano, muchas gracias por todo el apoyo.  

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La aldea de la hoja estaba por celebrar su primer 'Festival de Konoha por la Paz y Hermandad'. Era una idea que venía rondando desde hacía varios meses entre los altos mandos y los miembros importantes de ésta, como una forma de reafirmar sus lazos entre ellos y las comunidades vecinas. Se planeaba que esta celebración traería tranquilidad para los habitantes de la aldea, diversión para los visitantes, fuente de ingresos para todos y promoción indirecta para sus ninjas, después de todo, algunos señores feudales de grueso calibre estaban invitados y eran éstos los que en su mayoría solicitaban misiones simples y con una gran entrada lucrativa.

Esta era una oportunidad ventajosa para negocios, servicios, agencias, organizaciones... algunos se darían a conocer, otros reafirmarían su posición y para contados de ellos, sería una fuente de recaudación de fondos.

Tal cual era el caso del recién inaugurado orfanato de Konoha, que después de la guerra se había visto afectado por la inmensurable cantidad de niños que se quedaron sin familiares cercarnos ni hogar.

La administración encargada del recinto consistía en apenas unas cinco personas, que estaban desesperadas ideando alguna propuesta que les permitiera recaudar la mayor cantidad de dinero, pues aunque tenían a sus fieles patrocinadores, no era suficiente para mantener a tantos y tantos pequeños desamparados.

- ¿Una venta de galletas o pasteles? – proponía a la junta una de ellos.

- Habrá una cantidad enorme de puestos de comida – cortaba la propuesta otra.

- Tal vez... - volvía a hablar la primera de ellas - ¿juegos de azar?

- No tenemos suficiente presupuesto para dar premios...

- Tenemos que entregar la propuesta mañana, ¡hay que esforzarnos más! – animaba una tercera. - ¡Pensemos!

Mientras el grupo seguía sumido en su diatriba, se escuchó un golpeteo en la puerta principal, seguido de un grito de 'Buenos días'.

La anciana mujer, que era la cabecilla del orfanato, se separó del grupo para atender a la persona que recién llegaba, por su voz la reconocía perfectamente.

- ¡Karin-chan, bienvenida! – dedicándole una amplia sonrisa.

- ¡Saome-sama! – hizo una breve reverencia, poco usual en ella – Traje las medicinas que me encargó y unos cuantos víveres.


Justo después del recuento de los daños causados por la guerra ninja, la Uzumaki descubrió el apartado y descuidado lugar que era el albergue para las almas más jóvenes, ésas que habían quedado sin amparo de nadie. Algo se derritió en el pecho de la pelirroja cuando fue partícipe de las mortificantes historias de sus habitantes; por lo que cabalmente, cada quince días procuraba llegar a esa parte de Konoha para regalar un granito de lo mucho que a ella le hubiera gustado aportar.

La señora Saome la había recibido con un abrazo esa primera vez, haciendo que la chica quisiera echarse a llorar, pues le hubiese gustado tener ese cobijo cuando ella era más joven; para Karin, esa anciana era merecedora de todo su respeto y admiración, por eso le hablaba con sufijos como a ninguna otra persona antes.

Sasukarin Month 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora