Sasukarin Month 2024

Día 15 : Época

Y aprovechando que los planetas siguen alineados, les dejo el tema 15 del calendario. 

Saludos.

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La familia Uzumaki, desde hacía varias décadas, era la encargada de una de las regiones más prósperas y tranquilas del imperio. Es su momento, ellos fueron la mano derecha del emperador y sirvieron lado a lado en las guerras, siempre apoyando a la línea real; fue por ello que los Uzumakis fueron recompensados con tierras y riqueza, convirtiéndose en un clan honorable y respetado.

Ellos no olvidaban dónde estaba posada su lealtad y cuando eran solicitados, la familia Uzumaki acudía al llamado sin protestar. Siendo el emperador en turno, el que mandaba una misiva para anunciarles que serían bendecidos nuevamente con sus favores.

- Papá, por favor, no puedes permitirlo – se quejaba el hijo del cabecilla.

- Desafortunadamente, no podemos poner objeciones, Naruto.

- ¿Mamá, qué esto no te parece injusto? – seguía quejándose.

Una pelirroja entrada en años apretó los puños, pero sabía que era prácticamente imposible oponerse ante los decretos reales.

- ¿Mamá? – insistió, porque no había recibido respuesta.

- Naruto, – Minato trató de calmarlo – sabes que nuestra familia ha servido sin rechistar al emperador.

- Pero lo que pide es inaceptable.

- Creo que la decisión final es mía – una joven pelirroja arribó al salón con paso firme.

- Karin – el rubio volteó para ver a su prima – no puedes estar considerando en serio la propuesta.

- Haré lo que tenga que hacer para mantener el honor de nuestra familia.

Los tíos de la joven se miraron contrariados, porque no querían que ella se viera obligada a hacer algo que no quisiera, sin embargo, estaba mucho en juego si decidía no aceptar.

- Pero...

- Ya lo decidí, Naruto – lo cortó antes de que él continuara con sus quejas. – Aceptaré la propuesta matrimonial que nos solicitó el emperador.

Y así fue como la pelirroja se encontraba dentro de un carruaje siendo llevada al palacio del que sería su futuro esposo. 

Para los rituales matrimoniales, ni siquiera le permitieron descubrirse, por lo que durante la ceremonia no tuvo oportunidad de ver quién sería su flamante pareja. 

Las cosas pasaron tan rápido que cuando fue consciente de que el día llegaba a su fin y estaba encerrada en sus aposentos, con una exquisita cena servida, empezó a ponerse nerviosa.

La joven detrás de la puerta pudo escuchar los cuchicheos de los sirvientes que vigilaban la entrada y cómo se reían animosamente por lo que ocurriría a continuación en ese cuarto. Después de todo, el príncipe era conocido por sus duraderas noches de placer junto a sus concubinas.

No, definitivamente ella no estaba lista para esa velada. Decidió esconderse debajo de una de las mesas, no quería ser vista por el príncipe. Ella ya había accedido a ser la esposa de éste, sin embargo, en ningún momento aceptó tener una vida íntima con el susodicho que, para colmo de males, ni siquiera conocía. Si lo que él buscaba era diversión, podía buscar a alguna de las jóvenes que le servían.