capítulo 25

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¡Iguro-san!— se ruborizo mitsuri por lo atrevido que podía llegar hacer su compañero

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¡Iguro-san!— se ruborizo mitsuri por lo atrevido que podía llegar hacer su compañero.

¿Porqué? Había tomado su mano, en público aunque no le avergonzaba el hecho que la mayoría de la gente los viera, llevandose varios suspiros de decepción por sus pretendientes. Si no el hecho que se podría tomar como un cortejo ¿no le incomodaria ser alfa y alfa? Iguro le volvió apretar su mano,haciendo su expresión como una sonrisa.

¡Vamos a comer!— le guió entusiasmada por su pensamiento dejando de lado la pena. ¡¿Que importa si los demás miran?! Ella solo debía pensar en su futura pareja los demás que se fueran al carajo.

Linda... Los pensamientos de obanai  jugaban sucio, y kaburamaru lo sabía.

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¡Delicioso!— río tanjiro, con las mejillas llenas de arroz— ¡no sabia que podía comer tanto! — sus ojos veían con atención la comida pedida para él.

Muichiro solo sonrió enternecido, le gustaba su pareja, ¡le encantaba! Sus reacciones por cosas tan simples, así que siguió comiendo poniendo el más mínimo detalle a las expresiones de tanjiro.

Con él podía ser un niño de nuevo, así que no le importaría saber todas las facetas de su novio y él las suyas.

Tanjiro sonreía muichiro estaba siendo realmente encantador, sonrió y ruborizo al mismo tiempo al ver como  los ojos de muichiro tenían su pupila dilatada. Esas pequeñas reacciones hacían que se ruborizarse más de lo debido.

Tanjiro-kun— habló captando rápida atención del pelirojo — tienes un grano de arroz— alzo su mano para quitarle los restos de comida en la rojas mejillas.

¡Eh! Gracias tokito-san— muichiro frunció el ceño ¿no se suponía que después de un acercamiento se besaban? Eso es lo que sucedía en los clichés de las parejas ¿no?

Así que con decisión tomo su mentón, los ojos granate se agradaron demostrando nervios, dos pares de labios chocaron fuerte, muichiro saboreo, los labios se movían fuertemente lascivo y húmedo, mordiendo el labio inferior carnoso.

Mmm..— separo a su acompañante, tomando aire, sus labios tomaron un color rojo hinchando por el repentino acto, Muichiro sonrió coqueto.

¿Seguimos?— poniendo los ojos blanco del omega por la propuesta indecente— ¡claro que no! — trato de no levantar su voz tan fuerte, llevando sus moflestes hinchados por la vergüenza levantandose de la mesa.

¡Espera tanjiro!— salio corriendo detrás de él, gracias al cielo ya tenía la cuenta pagada. Así que no le tomó mucho  tiempo encontrar al omega tirando humo por la verguenza caminado entre toda la peste de olores que había. Así gente.

No le importó empujar a algunos señores o señoras lo que fuera, solo quería seguir al pelirojo que se perdía y perdía entre la multitud.

Disculpe— su mano fue tomada— necesito ayuda— la mujer de ojos miel, completamente una desconocida más bien una persona innecesaria a los ojos del pelimenta.

Segunda oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora