4

203 12 0
                                    

Tara

Estuvimos toda la tarde poniéndonos al día, hasta que por la noche, la puerta se abrió, mostrando la silueta alta de Daniel. Se quedó parado al primer paso que dió, me había visto. Me puse de inmediato de pie sin saber qué decir. Estaba guapísimo. Había que admitirlo. Dio dos pasos atrás y cerró la puerta otra vez. No dijo nada, solo se dio la vuelta y cerró con un portazo otra vez.

–Ufff… –oí a Jopa detrás de mí.

–Joder.

–¿Salgo? –pregunta Paconi.

–... ¿Y si voy yo?

–Inténtalo –suspira Adri.

Asentí. Tenía miedo de cómo reaccionaría. A lo mejor tenía ira, rabia… al haber huido hace un año. Abrí la puerta y salí en su busca, lo encontré sentado en el patio trasero. Apoyando la cabeza sobre sus manos, tapándose la cara.

–Dani.

No respondió. Suspiré y me senté a su lado.

–... No sé cómo quieres que reaccione, no sé ni cómo quiero reaccionar.

–Te entiendo.

–No, no me entiendes… tú has podido rehacer tu vida, yo no –se destapó la cara y se giró a mirarme–, esa es la diferencia, Tara –su cara estaba algo enrojecida y sus ojos húmedos.

–Ya…

–¿Por qué has venido?

–Pues si te soy sincera, Lili quiere ver que sigo teniendo sentimientos hacia ti. Cosas suyas.

–... ¿Puedes dejarme solo, por favor?

–Claro que sí.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que alcancé a ver mientras me levantaba.

–Como quieres que me vaya si te veo llorar, no puedo.

–No hagas como que te importa.

–Pues te sorprenda o no, lo hace.

–¿Y por qué no viniste antes? –se levantó también, y tuve que mirar hacia arriba.

–A lo mejor porque nadie me hablaba de ti, si hubiera sabido tu estado no habría dudado en venir.

Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas como si le estuvieran echando agua con un gotero. Eran muchas, y aún así pensaba que se estaba aguantando.

–... Yo no quería que supieras nada porque sufrirías.

–Hubiera sufrido contigo sin ningún problema, me importas.

–No, ahora no, por favor… –se pasó la mano por la cara, la cual temblaba–, joder… –se mordió el labio, intentando no dejarlo ir.

–... Perdón.

–... Borja me dijo que te enfadaste cuando me mencionaron.

–Así fue, porque Lili lo hace para picar, y no me gusta. En realidad, no solía hablar de ti diría que con nadie.

–Pensé que ya ni siquiera te acordabas de mí –hablaba de lo más normal, pero las lágrimas no dejaban de caer.

–Pensabas.

–Sí.

Sus ojos me transmitían tantas cosas juntas que mi corazón se retorció en mi pecho.

–¿Quieres que te deje solo?

–No lo sé. No sé qué coño hacer cuando se trata de ti –su voz se quebró y su mano se fue a sus ojos de nuevo, tapándoselos mientras dejaba ir un sollozo.

todo por aquel viaje [FINALIZADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora